El anuncio hecho este miércoles por la NASA y el Observatorio Austral Europeo (ESO) sobre el hallazgo de siete planetas de tamaño similar a la Tierra y que, orbitando una estrella enana ultrafría, podrían albergar agua generó una alta expectación en el mundo de la ciencia sobre la posible presencia de vida.
Pero, ¿cómo sabremos si efectivamente hay organismos viviendo ahí?
(La noticia: Descubren sistema estelar con siete planetas similares a la Tierra)
La tecnología actual permitió la detección de estos planetas alrededor de la estrella Trappist-1, ubicada a 40 años luz de la Tierra. Pero para detectar la presencia de vida, se necesitarán avances que afortunadamente están en desarrollo, aunque sus resultados no se verán por algunos años.
Actualmente, el telescopio Hubble, operativo desde 1990, está analizando la presencia de atmósferas dominadas por hidrógeno, enfocándose especialmente en los tres planetas que están en la zona habitable de la estrella (Trappist-1e, f y g). Pero su tecnología no permite buscar las determinadas "biofirmas", señales de gases que muestren la presencia de vida.
Pero su sucesor, el telescopio espacial James Webb (JWST) sí tiene esa capacidad. El nuevo equipo despegará desde la Tierra en octubre de 2018 y, según anunció la NASA este miércoles, es muy probable que una de sus primeras observaciones sea hacia este sistema. A esto se sumará el telescopio TESS, especialmente ideado para detectar el tránsito de exoplanetas y que despegará en marzo de 2018.
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Otros dos telescopios actualmente en construcción en Chile (el E-ELT, que estará en el Cerro Armazones, y el GMT, instalado en el observatorio Las Campanas) se sumarán a la búsqueda a mediados de la década de 2020, persiguiendo señales de estas "biofirmas". Pero específicamente, ¿qué buscan?

Imagen conceptual del sistema Trappist-1.
Archivo particular
Según un informe Space.com, uno de los objetivos es encontrar señales de oxígeno y metano. Si bien encontrar cada uno de estos gases de forma independiente no significaría la presencia de vida (porque distintos procesos pueden liberarlos), el encontrar los dos sería más prometedor. "Si están los dos juntos, entonces sabes que alguien está llevando el metano a una atmósfera rica en oxígeno, así que eso es lo que buscar. La explicación más probable es que la vida está llevando el oxígeno y el metano a la fiesta", declaró Shawn Domagal-Goldman, científico del Goddard Space Flight Center, en una discusión en 2014 recogida por Space.
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De otro lado, la búsqueda no se limitará solo a la combinación de oxígeno y metano. De hecho, Sara Saeger, científica planetaria del MIT y que este miércoles participó en el anuncio de la NASA, identificó en 2015 14 mil moléculas que podrían actuar como biofirmas en otros mundos.
Sin embargo, la verdadera evidencia no se tendrá hasta que se llegue a Trippist-1. "Nunca estaremos 100 por ciento seguros hasta que lleguemos ahí o recibamos algo", dijo Michael Gillon, investigador de la Universidad de Lieje y autor principal del estudio relacionado a los planetas, en relación a la posibilidad de "recibir una señal" desde estos nuevos mundos.
EL MERCURIO (GDA)
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