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Ciencia

Por qué Colombia debería tener un geólogo en cada uno de sus municipios

Más de 700 personas de siete veredas damnificadas y el cierre total de la vía Panamericana entre Pasto y Popayán, es lo que dejó un enorme derrumbe de cerca de 3 kilómetros en el municipio de Rosas, Cauca. El presidente Gustavo Petro, luego de visitar la zona afectada y a los damnificados, anunció que se hará una vía por otro sector para que esto no se vuelva a repetir y la compra de haciendas para reubicar a las familias afectadas. Los precios de los alimentos seguirán subiendo ya que los transportadores deben llevar los productos desde Nariño a Mocoa y continuar a Popayán y Cali. Los miles de afectados, esperan que se ejecuten las obras de manera eficiente y rápida.

Más de 700 personas de siete veredas damnificadas y el cierre total de la vía Panamericana entre Pasto y Popayán, es lo que dejó un enorme derrumbe de cerca de 3 kilómetros en el municipio de Rosas, Cauca. El presidente Gustavo Petro, luego de visitar la zona afectada y a los damnificados, anunció que se hará una vía por otro sector para que esto no se vuelva a repetir y la compra de haciendas para reubicar a las familias afectadas. Los precios de los alimentos seguirán subiendo ya que los transportadores deben llevar los productos desde Nariño a Mocoa y continuar a Popayán y Cali. Los miles de afectados, esperan que se ejecuten las obras de manera eficiente y rápida.

Foto:Juan Pablo Rueda Bustamante / El Tiempo

Agremiaciones de geólogos impulsan una propuesta para ser incluidos en las administraciones locales.

Alejandra López Plazas
Decir que Colombia es una zona crítica desde el punto de vista geológico puede ser quedarse corto. La ubicación geográfica del país, en la esquina norte de Suramérica, hace que en nuestro territorio confluyan factores como la presencia de tres placas tectónicas en contacto, fallas geológicas activas, volcanes, dos temporadas lluviosas al año y una alta susceptibilidad a los efectos de los fenómenos de la Niña y el Niño.

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Una fórmula que hace que habitar en este territorio sea todo un reto. Como explica la geóloga Clemencia Gómez, eso se refleja en que en el país hay muchos municipios que son altamente vulnerables, no solo por las condiciones naturales de su ubicación, sino porque su urbanización y desarrollo se ha basado en planes de ordenamiento territorial desactualizados o deficientes desde el punto de vista técnico. Expertos señalan que el 97 por ciento de los POT no tiene estudios de amenaza y riesgo urbano en Colombia.
“Todo esto es un caldo de cultivo para tener un país muy vulnerable ante los hechos relacionados con diferentes tipos de amenaza”, explica la profesora de la Universidad Nacional, quien lidera la iniciativa que han denominado ‘Un geólogo por municipio’, con la que los profesionales de las ciencias de la Tierra proponen su vinculación en cada una de las entidades territoriales del país para realizar asistencia técnica en temas como los relacionados con geoamenazas, por ejemplo.
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En Colombia el 86 por ciento de la población está expuesta a una amenaza sísmica alta y media, el 28 por ciento a un alto potencial de inundación.

Con la imagen del enorme derrumbe en Rosas (Cauca), presente y sus efectos aun paralizando el abastecimiento de las zonas que quedaron aisladas con el cierre prolongado de la vía Panamericana, la experta, quien es expresidente de la Sociedad Colombiana de Geología (SCG) y de la Asociación Colombiana de Geólogos y Geofísicos del Petróleo (ACGGP), pone este caso como un ejemplo en el que la asesoría técnica de los geólogos y especialistas de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo permitió identificar una zona vulnerable y actuar a tiempo para salvar las vidas, a pesar de las perdidas en infraestructura.
“Las pérdidas económicas son graves, pero lo es más que haya pérdidas de vida. En Mocoa, por ejemplo, ya se tenía el mapa en donde se veía que era una población vulnerable y ahí lamentablemente tuvimos pérdidas de vida. Armero, ya se había dado la alerta por parte de los geólogos de lo que podía suceder. Aunque muchos de esos fenómenos no se pueden predecir, se puede hacer seguimiento y estudios previos para identificar la amenaza y determinar la vulnerabilidad de las poblaciones”, explica la profesora Gómez.
Aunque la experta reconoce que gracias al trabajo de entidades como el Servicio Geológico Colombiano se ha avanzado mucho en la elaboración de mapas geológicos y de amenazas, la propuesta que desde hace algunos años se viene impulsando desde la SCG, la ACGGP y Asociación Nacional de Ingenieros Geólogos, le apuesta a que esas herramientas con las que ya cuenta el país se complementen con profesionales en campo que las sepan interpretar.
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Fundamental en un país en el que, de acuerdo con estudios que han realizado los expertos en el marco del desarrollo de su propuesta, en Colombia el 86 por ciento de la población está expuesta a una amenaza sísmica alta y media, el 28 por ciento a un alto potencial de inundación y el 31 por ciento a una amenaza alta y media por movimientos en masa. Además, de contar en el territorio nacional con 14 volcanes activos que requieren vigilancia permanente.

Más allá de la amenaza

Sin embargo, los geólogos señalan que su aporte no se limitaría a la identificación de amenazas y la gestión del riesgo. “Tener personas informadas en el territorio claramente ayudaría a salvar vidas, pero no solo en términos de identificar las amenazas, sino, por ejemplo, en la búsqueda de agua, que es un recurso tan importante para las personas”, explica Flover Rodríguez, geólogo y actual director ejecutivo de la ACGGP.
Por eso para los representantes de las agremiaciones que agrupan a los profesionales de las ciencias de la Tierra su presencia en los 1.123 municipios que tiene el país, como “parte del tejido social de las comunidades y no como visitantes esporádicos”, serviría para apoyar temas como la prospección e identificación de agua subterránea que pueda integrarse a un plan de desarrollo de agua potable —una tarea sin concluir de acuerdo con el Plan Estratégico del Conocimiento Geológico del Territorio Colombiano 2014-2023—, de recursos minero-energéticos presentes en el territorio, la elaboración y actualización de planes de ordenamiento territorial, la apropiación social del conocimiento en ciencias de la tierra, entre otros.
“Muchos de los municipios de nuestro país son mineros y en realidad todo lo que tenemos a nuestro alrededor viene de la minería. Por ejemplo, los ladrillos que necesitan arcilla o el cemento que necesita caliza. Se necesita un ordenamiento minero para que esas extracciones se hagan de manera legal, cumpliendo con los requisitos ambientales y técnicos por parte del Estado”, detalla la profesora Gómez, quien añade que aunque existe una autoridad minera y ambiental encargadas de velar por eso, si en el territorio hay personas informadas, llegar a acuerdos de coordinación y concurrencia sería mucho más fácil.
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Vista aérea del impacto de la minería ilegal en Santander de Quilichao, Colombia.

Vista aérea del impacto de la minería ilegal en Santander de Quilichao, Colombia.

Foto:Christian Escobar Mora. EFE

Los geólogos en los municipios cumplirían además una tarea de divulgación científica y apropiación social del conocimiento en geociencias, articulando el conocimiento y los saberes locales y tradicionales de los pobladores, a las administraciones municipales, Instituciones de Educación Superior, Juntas de Acción Comunal y oenegés.
“A veces estos temas son muy técnicos o muy complejos. Nosotros nos enredamos tratando de explicar ciertas cosas. Entonces, digamos que el tener un geólogo en cada municipio nos ayuda a tener un interlocutor válido, una persona que puede comprender la información técnica que se levanta y que la puede traducir, que es algo muy importante, en acciones”, asegura el presidente de la ACGGP.
Acciones que pueden ir desde la prevención de riesgos, hasta la adaptación de los territorios al cambio climático, que para Rodríguez debe ser inmediata. “Deberíamos estar trabajando en hacer los estudios necesarios para que el país se adapte y para que las regiones se adapten. Y eso requiere de conocer los suelos de las regiones y el subsuelo”.
Tareas para las que, de acuerdo con el experto, el país cuenta con la masa crítica que proveen las más de doce escuelas que hoy forman geólogos ingenieros geólogos y geocientíficos en las universidades del país.
De acuerdo con la profesora Gómez, hay aproximadamente unos 6.000 geólogos en el país y 2.500 ingenieros geólogos. Junto a los geocientíficos de la Universidad de Los Andes, se cuentan alrededor de unos 9.000 profesionales en ciencias de la Tierra que podrían suplir necesidades en territorio.
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Proyecto de ley

Pese a que el país cuenta con el talento humano necesario, una de las limitantes que los científicos han identificado para convertir en una realidad la propuesta de un geólogo por municipio es que algunos de ellos no cuentan con los recursos económicos necesarios para incluir este rol dentro de las alcaldías. Por eso su propuesta es conformar grupos de poblaciones que tengan características geográficas similares para que un profesional pueda ayudar desde su conocimiento en dicho entorno.
Hoy en el país solo se conoce como referente el ejemplo de un solo geólogo contratado a través de la Comisión Nacional de Servicio Civil y de una experiencia en la que el año pasado un estudiante realizó su práctica como geólogo en Villa de Leyva. La propuesta de los expertos es que estos casos se conviertan en la regla y no en la excepción y que sea común encontrar a estos profesionales en las oficinas de planeación y de infraestructura de los municipios.
“Lo ideal sería que fuera un profesional adscrito a una entidad técnica como el Servicio Geológico Colombiano, pero eso no lo hemos logrado todavía, porque entre las funciones del servicio no está específicamente esa. Se ha pensado también que queden adscritos a los entes municipales, pero en eso estamos trabajando”, señala la profesora Gómez, quien también apunta que desde las agremiaciones de profesionales de las ciencias de la Tierra han trabajado en el desarrollo del borrador de un proyecto de ley.
“No lo presentamos en la legislatura anterior porque lo mandamos a concepto al Ministerio de Minas y Energía y al SGC, ellos nos respondieron con unos ajustes y después, como hubo cambio de legislación, nos tocó volver a iniciar el proceso con los congresistas nuevos y estamos trabajando con algunos de ellos”, explica la docente. Un tema que califica más como técnico que político, por el proceso se ha enfocado en que los legisladores, sin importar su partido, entiendan la importancia que tiene la propuesta para el desarrollo del país.
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Desde el campo académico a la iniciativa se han sumado otros países como Perú, Ecuador, Chile y España. Mientras tanto en Colombia, las agremiaciones de estos profesionales avanzan en procesos de capacitación y formación de los geólogos en función pública con el fin de que tengan mejores herramientas para trabajar en los territorios. Para esto ya cuentan con tres fases de diplomados de la mano de la Escuela Superior de Administración Pública.
Y aunque los recursos para llevar a la práctica la idea de un geólogo por municipio sigue siendo el principal impedimento, para la profesora Gómez quizá sería buena idea mirar hacia los dineros de las regalías, que al venir del sector minero-energético —tan ligado a la labor de los geólogos— podría ser apenas lógico que también puedan ser invertidos en la protección del territorio, en salvar vidas a través de la gestión del riesgo y en el desarrollo de un ordenamiento armónico en la región.
ALEJANDRA LÓPEZ PLAZAS
REDACCIÓN CIENCIA
@TiempodeCiencia
@malelopezpl
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