Una de las formas de preparar a los astronautas para una misión espacial es hacerlo en ambientes extremos como el desierto, pero también bajo el mar. Desde el pasado domingo, una tripulación de seis miembros se encuentra en la base Aquarius de la Nasa, donde pasarán diez días sumergidos a unos 20 metros de profundidad.
Este equipo forma parte de la misión número 22 de Neemo, cuyo módulo Aquarius funciona como una base espacial en la que sus miembros realizan paseos regulares fuera, experimentos científicos y técnicos, y conviven como lo harían dentro de la Estación Espacial Internacional (ISS). Así lo explica el español Pedro Duque, vía telefónica, desde la base situada frente a la costa de Florida (EE. UU.).
Los objetivos de este año incluyen, entre otros, probar tecnologías para hacer seguimiento de equipamientos y experimentos científicos y estudiar la composición del cuerpo y del sueño.
Así, por ejemplo, el equipo está testando un nuevo aparato de la Agencia Espacial Europea (ESA) para ayudar a la evacuación de astronautas durante los paseos espaciales. A Duque ya le ha tocado estos días hacer pruebas con este dispositivo, que tiene una especie de grúa y camilla que permite a un astronauta transportar a su colega y llevarlo hasta la base. Los ‘acuanautas’ pueden simular la gravedad de la Luna, Marte o distintos asteroides, señala la ESA.