Apenas se supo que el presupuesto del próximo año para el deporte iba a ser recortado las redes enloquecieron. ¿Cómo –se preguntaban algunos- iban a bajar más la cuota de formación de los deportistas nacionales que tantas alegrías les han dado a los colombianos? De inmediato, figuras importantes de la talla de Óscar Figueroa, Yuberjen Martínez, Mariana Pajón y Carlos “El Pibe” Valderrama corrieron a mostrar su desacuerdo con la medida y movilizaron al país con el hashtag #NoRecortenMisSueños.
Precisamente, fue el ciclista boyacense Nairo Quintana quien afirmó a través de su cuenta de Twitter que el presidente, Juan Manuel Santos, había prometido no tocar el presupuesto para el deporte y que este solo iba a disminuir en temas de infraestructura. Finalmente, el mandatario prometió “revisar los números” de este sector para el 2018.
Todo este alboroto surtió un buen efecto y ahora son los científicos nacionales quienes quieren repetir la proeza, sin saber cómo hacerlo. La realidad es que la inversión pública en ciencia y tecnología caerá para 2018 en 41,5 por ciento, pero la ciencia colombiana no cuenta con un representante como Pajón, Nairo o “El Pibe” que dé la cara por ellos y haga presión pública para que un presupuesto tan importante no siga disminuyendo, puesto que desde 2013 viene en picada.
El recorte de presupuesto no es el primer golpe que la ciencia colombiana se lleva este año. Por ejemplo, el pasado 10 de marzo entró en vigor una nueva política de Colciencias, que busca reconocer más centros de investigación, parques tecnológicos, unidades de innovación y desarrollo y centros de ciencia para que estos obtengan recursos para investigación de ciencia y tecnología. En esa época, entre el 85 y el 90% de dichos recursos iba directamente para universidades.
Entre los beneficios que tienen desde esa fecha los nuevos actores se encuentran el acceso a convocatorias y al sistema general de regalías, beneficios tributarios y gozar de una mayor visibilidad y contacto con el sector científico nacional.
De acuerdo con Colciencias, esta política estimulará la especialización y la excelencia, mientras que se ordena el sistema. Sin embargo, la entrada de más de 200 nuevos actores, implicaría menos recursos para cada uno de ellos.
Dicha situación se agravaría este año, debido a que la propuesta de Santos de utilizar una parte de las regalías destinadas a ciencia y tecnología para construir vías terciarias tiene gran aceptación entre gobernadores y alcaldes. Si al presupuesto nacional para acceder a investigación se le resta todo ese ingreso por regalías, los viejos y nuevos actores del sector tendrán muchos menos recursos con qué trabajar.
Por esta razón, al mundo científico colombiano le duele aún más el recorte del presupuesto para 2018. De hecho, esta decisión la criticó tajantemente Moisés Wasserman, exrector de la Universidad Nacional, a través de su cuenta en Twitter: “Si a eso se suma lo que pasó con regalías y con ambiente, la única conclusión es que asumimos el subdesarrollo como vocación”.
CAMILA MORENO CAMARGO
Editora EL TIEMPO Express
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