Entre el fuego y la lluvia. Así podría resumirse la situación climática nacional, pues los organismos de emergencia están preparados tanto para combatir incendios forestales como los estragos causados por las súbitas crecientes de ríos y los deslizamientos.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) mantiene la alerta roja por amenaza de incendios en todos los departamentos de la región Atlántica, mientras que este nivel de alerta también ha sido emitido en el río Negro, afluente del embalse de Prado, por riesgo de crecientes imprevistas.
Con las lluvias de las últimas jornadas, la probabilidad de deslizamientos es alta en Algeciras y Campoalegre, en el departamento del Huila, así como en Gachetá, Cundinamarca.
¿Se acabó, entonces, la temporada seca? Cristian Uscátegui, jefe de pronósticos del Ideam, aclara que la única zona del país que usualmente vive en febrero una temporada sin lluvias es la región Caribe.
“En el resto del país, uno no puede hablar de una temporada seca, cuando normalmente en febrero se presentan alrededor de 70, 80, 100 y hasta 120 milímetros de lluvia”, aclara.
Desde la semana pasada, el Ideam ha detectado dos fenómenos que han provocado lluvias intensas sobre la cordillera Oriental y el Macizo Colombiano. De un lado, la humedad de la Amazonía brasileña está llegando con mayor facilidad y, por otra parte, se ha registrado un calentamiento del océano Pacífico frente a las costas de Ecuador.
Por eso es preciso que los organismos de socorro estén preparados para enfrentar emergencias como las ocurridas en el departamento del Huila la semana pasada, por las crecientes súbitas.
“Esas lluvias están cayendo en zonas de montaña, y especialmente en toda esa parte de ladera de la cordillera Oriental y el Macizo Colombiano, incluyendo zonas de Cauca, Nariño, Huila e incluso Valle del Cauca”, precisa Uscátegui.
Para finales de esta semana, no obstante, el Ideam prevé una disminución en la cantidad de lluvias.
“No entraremos en una condición seca, pero sí tendremos menos cantidad de precipitación y menos frecuencia”, agrega el jefe de pronósticos de la institución.
Las avalanchas de los ríos Las Ceibas, Neiva y Riofrío de la semana pasada obligaron a que los alcaldes de Campoalegre, Rivera, Algeciras y Neiva declararan sus municipios en calamidad pública.
Trece acueductos veredales fueron arrasados, así como las bocatomas de Campoalegre y Rivera. Allí están sin el servicio desde el miércoles pasado, cuando se presentaron las emergencias.
Las crecientes súbitas también destruyeron 158 viviendas y 12 puentes vehiculares, por lo que aún se mantienen incomunicadas numerosas veredas.
Unas 5.300 hectáreas de arroz, café y plátano fueron arrasadas por las avalanchas de lodo que bajaron de las partes altas de la montaña.
Para ayudar a los miles de damnificados, las autoridades ejecutarán esta semana el programa Huila Solidario, que busca recolectar materiales de construcción en Neiva.
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