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Vida

¡El cambio está en mí!

'De tu lado con Álex': El cambio está en mí:

'De tu lado con Álex': El cambio está en mí:

Foto:Istock

De tu lado con Álex / Algunas personas van por la vida como en piloto automático. 

¡Cómo es de fácil culpar al mundo externo por todo lo que puede estar mal en nuestra propia vida! ¡Cómo es de aparentemente cómodo pasar la vida en un eterno letargo! Amaneciendo cada día con la pereza de ver el sol y después de la jornada llegar a la casa con la única ilusión de dormir y que el día se acabe rápido.
Hay personas que parecen personajes sacados de la famosa serie de The Walking Dead. Zombis caminando por piloto automático, viendo pasar sus días, meses y años.
Se despiertan, se quejan, salen a trabajar, se quejan otra vez y se acuestan a dormir. Muy seguramente estas personas ni siquiera sean conscientes de este ritual porque ya hace parte de su esencia. Vivir así ya es parte de su ADN.
Culpan al tráfico, al jefe odioso, a la pareja indiferente, a los hijos rebeldes, a los políticos, al Gobierno, a sus papás o a la mala suerte.
Sin duda, es mucho más fácil rendirse ante la incapacidad de cambiar el mundo que mirarse con lupa a uno mismo.
Quizás el congelarse frente a las adversidades es más fácil que las verdaderas ganas de generar los cambios que supuestamente anhelamos.
La realidad es que podemos pasar la vida como en trance o podemos ser conscientes del milagro que es cada minuto del día, con sus cosas buenas y aun con las que no lo son.
¡Ser consciente de que en cada uno radica el problema, pero así mismo está la solución es verdaderamente poderoso!
Se puede decidir entre hacer lo que ‘toca’ para agradar a la sociedad o se puede abogar por lo que realmente se ‘quiere’. Se puede decidir transformar las durezas en aprendizajes o se puede paralizar ante los obstáculos.
Se puede quejar por todo o se puede buscar soluciones. Se puede preocupar o se puede ocupar. ¡Todo está en la actitud y en las decisiones que tomamos! Tal vez tener la certeza de que tenemos las riendas de nuestra vida sea una de las lecciones más valiosas que podemos aprender.
No permitamos que el mundo nos dicte nuestra actitud ni nos limite, seamos nosotros los que impregnamos al mundo con nuestra buena energía. Seamos todo eso que tanto queremos ver en los demás.
Hoy les recuerdo esta frase tan sabia de Rumi: “Ayer era inteligente, quería cambiar al mundo. Hoy soy sabio, quiero cambiarme a mí”.
ALEXANDRA PUMAREJO

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