Un apartamento ubicado en Soacha se convirtió en la principal pista sobre una de las redes que está ingresando fusiles de largo alcance a la capital del país.
La Policía allanó el lugar en marzo pasado, y desmanteló un taller artesanal en el que ensamblaban partes de armas que llegan del exterior.
Según el informe de policía judicial, se encontraron una ametralladora, dos rifles de precisión listos para armar y más de 500 partes para el ensamblaje de fusiles.
Los investigadores sospechan que de ese lugar salió el fusil calibre 5,56 y las pistolas 9 milímetros, incautadas en el suroccidente de Bogotá, en medio de una vendetta entre narcos que dejó a tres policías heridos y 25 kilos de droga confiscados.
Son las mismas armas que se están usando para atracar carros de valores y lujosas joyerías de Bogotá; y para nutrir de manera ilegal a escoltas y 'ejércitos privados' de clientes en estratos altos que viven en Cali, Medellín y hasta en la capital.
Las alarmantes cifras de armas ilegales que están circulando por Colombia tienen a un grupo de expertos en inteligencia trazando las rutas por donde se están colando.
“Entre los grandes proveedores están las mafias italianas, chinas y rusas. Además de las brasileñas, que son poderosas”, aseguró una fuente del alto gobierno.
Ya hay cuatro entradas, plenamente identificadas, que coinciden con las del trasiego de las toneladas de coca que siguen saliendo desde Colombia. Por Norte de Santander y Arauca está ingresando armamento desde Venezuela, de origen ruso y europeo”, explicó una fuente oficial.

Rutas del tráfico de armas.
EL TIEMPO
La evidencia indica que el punto de inicio de ese trasiego es el estado de Táchira, en Venezuela, y que pasa por corredores del sur de Bolívar e incluso llega hasta varios municipios de Antioquia.
El recorrido incluye las zonas rurales de municipios como Río Viejo, Arenal, San Pablo y Achí. Y otros como Nechí, El Bagre y Zaragoza.
“Esta es la llamada ruta norte. Está ingresando armamento tan sofisticado que sus compradores, incluidas bandas criminales con lazos en centros urbanos, tienen gente especializada en su manejo. No todo el mundo sabe operar un fusil Barrett”, precisó el consultor en seguridad John Marulanda.
Y hay otro trayecto que comienza en los estados venezolanos de Amazonas y Bolívar. Atraviesa Guainía, Vaupés y Caquetá, para abastecer a bandas de la zona.
Por Brasil también están entrando armas vía Amazonas. Algunas vienen de Sudáfrica y también hay brasileñas.
“Ese país fabrica de manera legal todo tipo de armas y es un referente para el hemisferio. Pero mueve mucho material bélico ilegal que nutre a sus mafias”, explicó un oficial de inteligencia.

Fusiles de asalto, una ametralladora M60, lanza granadas M79, granadas y municiones de varios calibres, les han sido incautadas a las disidencias de las Farc.
Cuarta División del Ejército
La tercera gran ruta identificada es la del Golfo de Urabá. El arsenal que llega por esa vía proviene de Estados Unidos, México, Honduras y Nicaragua. Buena parte se mueve por caminos ilegales que conectan a Colombia con Panamá, por los que también transitan migrantes ilegales, dinero de narcoenvíos y los coyotes, que lideran el tráfico de personas.
El mapa lo completan dos grandes arterias: la que atraviesa los departamentos de Nariño y Cauca; y la del Valle, que alcanza la zona sur de Chocó.
Por la primera de ellas ingresa también armamento estadounidense y centroamericano; y armas de Ecuador y Perú.
“Otro de los fuertes de esa ruta es el de explosivos ecuatorianos”, le explicó a EL TIEMPO un oficial.
La última gran ruta es la que mueve arsenales que llegan a Buenaventura y Tumaco, especialmente.
Una vez en tierra firme, los traficantes habilitan corredores internos, como el que usa la vertiente del río Naya (que atraviesa parte del Valle) y una más por López de Micay (por Cauca).
Este trayecto, entre caminos fluviales y terrestres –generalmente por trochas–, comienza en las aguas de Buenaventura. Cerca de este puerto, bandas como ‘los Machos’, ‘la Local’ y ‘la Empresa’ sirven de intermediarias en el trueque de armas por coca.
Sus cabezas se refugian en poblaciones como San Cipriano y usan caminos cercanos a Puerto Merizalde, El Saltillo, La Paz, Playón, Las Minas y Campamento, para llevar las armas hasta ciudades capitales.
“Desde esta región mueven las armas hacia Bogotá, a través de caletas habilitadas en camiones frigoríficos, que tienen restricción para ser requisados. Esas son las que terminan desarmadas en locales como el de Soacha, en donde expertos las reensamblan”, le explicó a EL TIEMPO Néstor Rosanía, del Centro de Estudios en Seguridad y Paz.
Y su colega Marulanda agregó que el tráfico de armas se disparó desde cuando las disidencias empezaron a rearmarse para controlar los narconegocios que dejaron las Farc tras su desmovilización.
La intención de las disidencias es reclutar y armar de manera rápida hasta 8.000 hombres para enfrentar a las Fuerzas Armadas.
“Si se fijan, desde ahí también comenzaron los picos de violencia a los que hoy asiste el país”, concluyó Marulanda.
Para acumular más poder, los grupos ilegales están usando drones con dos fines. El primero, cargarlos de explosivos para atacar a erradicadores y a miembros de la Fuerza Pública.
La otra modalidad es la de realizar labores de inteligencia delictiva: saber dónde están las tropas, por dónde se mueven otras bandas y hasta controlar narcocultivos.
De hecho, las minas antipersonas, de las que el país se creía librado, están volviendo a aparecer a manera de escudos para los cultivos ilícitos que aún no ceden.
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