El testimonio de Gabriel Alejandro Vega Novoa, un vecino de la calle 80 con carrera 69 K, se acaba de convertir en la principal evidencia de la Fiscalía para asegurar que la joven Ana María Castro murió el 5 de marzo de 2020 tras ser arrojada de un vehículo.
En medio de la audiencia de imputación de cargos contra Julián Ortegón Mosquera, la Fiscalía reveló el testimonio de Vega Novoa, quien ese día acababa de llegar a su residencia de prestar un servicio de transporte por plataforma.
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El testigo llamó al 123 y dijo: "A 30 metros observo un vehículo oscuro, de vidrios polarizados, que bota a una persona de sexo femenino y cae como un muñeco".
En octubre del año pasado, Vega Novoa fue contactado por la Fiscalía y amplió su testimonio asegurando que luego de que el cuerpo fue arrojado del carro, el auto empezó a zigzaguear.
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Tal como EL TIEMPO lo ha señalado, Paul Naranjo venía manejando la camioneta Kia Sportage, de placas FSP 598, que pertenece a su hermana. En el carro iba Julián Ortegón, quien no aceptó cargos.

Paul Naranjo Calvo le dijo a EL TIEMPO que él es inocente y que cuando se despidió de Ana María Castro, ella estaba bien.
Carol Malaver
Rafael Antonio Gómez Verdugo, defensor de Julián Valente Ortegón Mosquera, se opuso a la medida de aseguramiento que pidieron la Fiscalía y la defensa de la familia.
Según él, no hay material probatorio que lleve a inferir la autoría o coautoría de esa muerte por parte de su cliente.
Tras calificar el caso de mediático, dijo que en la etapa de juicio controvertirá todos los testimonios y entrevistas. Además, llamó la atención en que Mateo, uno de los protagonistas del caso, se contradice en sus testimonios.
Para él es imposible que Julián, que iba de copiloto en el carro; y Paul, que iba manejando, hubieran podido arrojar a Ana María Castro (que iba atrás), mientras el carro estaba en marcha.
El fiscal del caso señaló que la Policía verificó que el vehículo no presentó falla ni había rastro de accidente.
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También se estableció que el testigo no tiene nexo con ninguno de los involucrados e insistió en que en testimonios y chats hay evidencia de que se trató de un crimen por su condición de mujer (feminicidio) y que estaba en inferioridad de condiciones.
"No fue auxiliada, la dejaron a su suerte y estaba en estado de alicoramiento": dijo el fiscal.
Y aseguró que un vigilante del conjunto de Naranjo dice que se quedaron con pertenencias de alguien: "Le dijo, se quedó el celular de aquella".
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Eso hizo que la familia no pudiera contactar a Ana María, quien permaneció viva tres horas.
Según testimonios, que ya reposan en el expediente, salieron en compañía de Julián Ortegón y de Mateo Reyes, después de haber permanecido varias horas en el bar Cantina Plaza México, en el norte de Bogotá.
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La Fiscalía asegura tener evidencia de que, en el trayecto, Ana María habría sido arrojada del carro y quedó agonizante a la altura de la calle 80 con carrera 69 K. Horas más tarde se le diagnosticó 'muerte cerebral'.
El miércoles, a las 6 de la mañana, la jueza Mónica Caputo Tello convocó a las partes para definir si dicta o no medida de aseguramiento contra Julián Ortegón Mosquera.
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