En el asesinato a sangre fría del patrullero Humberto Sabogal Soto, el miércoles pasado, en una esquina del barrio Ciudad Berna de Bogotá, participó un ciudadano venezolano de 24 años. Y hay otro más que está siendo buscado por las autoridades y que quedó registrado en los videos disparando contra otro agente herido.
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La confirmación del origen de los asesinos volvió a poner el foco en la cuota de violencia que un puñado de migrantes está poniendo en los altos índices de criminalidad en Bogotá.
Y si bien el hampa local sigue ejecutando el mayor número de delitos, con casi el 85 por ciento de los capturados entre enero y julio, la evidencia demuestra que la delincuencia venezolana viene en aumento, con dosis de agresividad mayores.
Incluso, ya ha entrado a disputar territorios criminales en localidades como Kennedy y Ciudad Bolívar.
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Según informes de inteligencia y expertos en seguridad, se han conformado estructuras propias para delinquir, con sus jefes. Pero, una buena parte están siendo subcontratados por estructuras locales para ejecutar homicidios selectivos, participar en bandas de atracadores o como jefes de seguridad de las líneas de microtráfico, entre otras actividades.

Humberto Soto Sabogal era un patrullero de la Policía lleno de honores en su hoja de vida.
Archivo particular.
“Los jefes de la mayoría de estas bandas delincuenciales son colombianos, pero la mayoría de operarios son venezolanos”, explica Néstor Rosanía, experto en seguridad y director del Centro de Estudios en Seguridad y Paz. Y agrega que también son de esa nacionalidad las llamadas ‘moscas’, que se encargan de hacer inteligencia de las posibles víctimas de atracos callejeros.
El nexo con el hampa local les está facilitando cambiar las armas blancas, que usaban inicialmente, por armas de fuego, que se rotan para no quedar vinculados con los asesinatos que cometen con estas.
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ediles de localidades golpeadas por el hampa dicen que los delincuentes se hacen pasar como domiciliarios o recicladores.
Policía Metropolitana de Bogotá
Según las autoridades, siete localidades de Bogotá están siendo azotadas por este tipo de delincuencia mixta y más agresiva.
Las localidades de Los Mártires, Santa Fe, Kennedy, Suba, Bosa, Engativá y Barrios Unidos son las que registran el mayor número.
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Pero en Usaquén, Chapinero y Teusaquillo obtienen mejores botines y están migrando hacia esas zonas de la capital.
Julián Uscátegui, edil de la localidad de Usaquén, le dijo a EL TIEMPO que las autoridades han identificado en esa zona a 11 bandas.
“Yo he denunciado a una que se ubica en los cerros orientales de Usaquén. Son ‘rompevidrios’, hurtan bicicletas y celulares".
Según Uscátegui, el robo de móviles les puede representar ganancias de hasta 50 millones de pesos mensuales. Y testimonios de los propios atracadores, tomados en video por las autoridades, dan más pistas de su modus operandi y ganancias criminales.
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Claudia Murillo, habitante de Cedritos, asegura que supuestos vendedores ambulantes actúan como ‘campaneros’ de los ladrones.
“Nunca pelamos fierros, nunca pelamos cuchillo. Solo le quitamos su bicicleta, su teléfono y sus pertenencias, así no más (…). Lo único que dijo el señor que también se le perdió fueron 20.000 pesos (…). Me dan 200, 300 (mil pesos), los chinos (por las bicicletas), a uno de ellos le dicen ‘Cachorro’, la ‘Chinche’, algo así”, confiesa uno de ellos.
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En plena pandemia, algunos regresaron a su país, pero han vuelto a entrar masiva e ilegalmente por la frontera y se han ido estableciendo en barrios como Santa Fe, Favorita, Alameda, María Paz, El Amparo, Patio Bonito, Rincón, Aures, Gaitana, San Bernardino, Las Ferias, Villas de Granada y Siete de Agosto.

Los hurtos en la localidad de Teusaquillo han aumentado, según sus habitantes.
Óscar Murillo Mojica / EL TIEMPO
Tienen como objetivo un sector de La Cabrera, El Nogal y Rosales.
El mismo día en el que mataron al patrullero Sabogal, en La Cabrera atracaron al joven de 19 años Mustafá Kalil Khazmat. Y en marzo, dos venezolanos asesinaron al policía Edwin Caro, de 24 años, a la altura de la calle 76 con carrera 7.ª.
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También están operando en la localidad de Teusaquillo, especialmente en el sector bancario y residencial de la alameda del Park Way. María Camila Pinzón, edil de esa localidad, le aseguró a EL TIEMPO que saquean viviendas y locales a la madrugada. Pero ahora hay robos a mano armada a cualquier hora del día.

El patrullero Edwin Caro, de 24 años, fue muerto por un ciudadano venezolano al norte de Bogotá en marzo de 2021
Jaiver Nieto
“Se ubican debajo de los puentes y se movilizan en vehículos y motos con placas robadas o usan la fachada de domiciliarios”, explica. Y en sectores cercanos a la calle 45 y al Park Way, mujeres venezolanas prestan servicios de prostitución y les dan escopolamina a sus víctimas. Además, usan niños como ‘maletas humanas’ para transportar drogas y evitar decomisos.
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En otros sectores de la ciudad, algunos se están mimetizando como recicladores.
“Usan los vehículos de tracción humana para esconder armas de fuego y cortopunzantes con las que atacan a sus víctimas”, dice el informe de inteligencia.
Y agrega que atracan en grupos de 3 o 4 en las ciclorrutas, especialmente en los sectores de Soacha, Portal de las Américas y la avenida Ciudad de Cali.
En los primeros 7 meses del año, la Policía Metropolitana de Bogotá reporta que ha capturado 2.478 ciudadanos venezolanos, 59 por homicidio. Y agrega que 168 de los capturados tendrían vínculo directo con 22 organizaciones delincuenciales asociadas con asesinatos, hurto en todas las modalidades, lesiones personales, narcotráfico y porte de armas.
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En todo el 2020, la cifra fue de 3.818. Entre las estructuras que han sido golpeadas por la Policía está la banda ‘Los Pupilos’, conformada exclusivamente por jóvenes venezolanos y liderada por Cleyber Avilés, el ‘Gordo’.

Organigrama de banda de venezolanos que actuaba en la localidad de Santa Fe. Fueron capturados por la Sijín y la Sipol de la policía bogotana.
Policía Nacional
Dos de ellos, Fanjel Caneiro y Brayan José Mejía, portaban cédulas de extranjería. Pero la mayoría de estos delincuentes alegan ser indocumentados para evitar su judicialización y buscar una expulsión del país.
Según un trabajo estadístico de la Policía –que ya tiene en la mira a varios de estos grupos–, solo al 16 por ciento de los capturados (venezolanos y colombianos) se le impone medidas restrictivas de la libertad.
En el caso de los extranjeros, supone una nueva carga para la Policía y para Migración Colombia, que deben ubicar cartas decadactilares para judicializarlos, antes del plazo para ser presentados ante las autoridades: 72 horas.

Venezolano confiesa robo de bicicletas
Asaltante venezolano admite cómo roban bicicletas en Bogotá.
'Hay que perseguir a la delincuencia en general y el Congreso debe legislar para enfrentar la situación de los venezolanos que son capturados delinquiendo'.
Daniel Mejía. Experto en seguridad.
Al respecto, la edil Pinzón agrega que en los Centros de Atención al Migrante no hay mayor proceso de identificación: “Preguntan pocos datos y entregan una boleta a quien se registra, que puede romperse y fácilmente llegar al otro día diciendo que se llama de otra forma”.
Y respecto a las medidas de choque tomadas por el Gobierno Nacional en Bogotá, Néstor Rosanía cree que es más efectivo reforzar la inteligencia, incluida la técnica, con el uso de cámaras de seguridad con reconocimiento facial “para rastrear el corazón de las bandas delincuenciales”.
Daniel Mejía, exsecretario de Seguridad de Bogotá, advierte que no hay que culpar de lo que hoy se vive a una nacionalidad o a la Policía, como hace la alcaldesa Claudia López: “Hay que perseguir a la delincuencia en general y el Congreso debe legislar para enfrentar la situación de los venezolanos que son capturados delinquiendo”, aseguró.
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El Comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general, Eliécer Camacho Jiménez y el secretario de Seguridad, Aníbal Fernández de Soto, presentan las cifras de seguridad del mes de julio.
Mauricio Moreno
Según el general Eliécer Camacho, comandante de la Policía metropolitana, además de delinquir de manera mixta con bandas locales, algunos delinquen de manera aislada e individual, especialmente en el hurto. De otro lado y de cara a las armas ilegales que están circulando en Bogotá, el general Camacho señaló que no se conoce un fenómeno de tráfico diferente a aquel que ha estado vigente en los últimos años en Bogotá y del cual se surten las bandas locales.
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Según el experto en seguridad Néstor Rosanía, el uso de armas proviene del alquiler clandestino para que no haya ningún tipo de relación con el asaltante.
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