Nintendo quiere volver a ser grande y a marcar tendencia en la industria de los videojuegos. Busca lograrlo con su nueva consola, la Nintendo Switch. Contamos con la oportunidad de probarla en un evento para medios organizado en Nueva York (Estados Unidos).
Las primeras impresiones son positivas. Como pieza de hardware, asombra por su calidad y por el mimo con el que fue tratado cada detalle. Es una consola multimodo. Se puede conectar a un televisor por medio de un cable HDMI y consigue mover gráficos a Full HD y 60 cuadros por segundo (esto puede variar dependiendo del título, pero se pudo ver durante el evento que lo consigue con Street Fighter II Ultra y con Mario Kart 8 Deluxe).
También se puede usar como dispositivo móvil. En ese caso, hablamos de una tableta con pantalla de 6,2 pulgadas y resolución de 1.280 por 720 píxeles. El poder de la consola es el mismo tanto en modo portátil como en modalidad de sobremesa.
Cuenta con dos controles de tamaño pequeño llamados Joy-Con. Se pueden usar de forma independiente (ideal para jugar con un amigo de forma presencial) o se pueden unir, para formar un gran control mediante una suerte de estructura llamada Joy-Con Grip.
Si la quiere usar en modo portátil, puede insertar los Joy-Con en unas ranuras de los extremos. El sistema de acople y desacople funciona de manera adecuada y no es difícil de entender. Los Joy-Con tienen sensor de movimiento y un sensor ubicado en la parte delantera que detecta si hay objetos cerca. Estas piezas de hardware ofrecen notable rendimiento y sensibilidad.