“A la una, a las dos y a las tres”, gritaron cuatro jóvenes que desde sus controles remotos activan cuatro cubos metálicos, de diez centímetros cúbicos, que corren sobre ruedas a toda velocidad detrás de una pequeña pelota de plástico de 35 milímetros.
Lo hacen sobre una lámina verde de 160 centímetros de largo y 120 de ancho que simula ser una cancha de fútbol. Son dos equipos, cada uno integrado por dos robots.
Dos robots más, uno de cada equipo, se encuentran por fuera del juego por si se debe hacer algún cambio. De repente, uno de los cuatro empuja la pelota hacia el arco y se escucha un grito de las decenas de personas que rodean el campo de juego: “¡Goooooool!”.
Esos son solamente seis de los 500 robots que participaron en el Torneo Internacional de Robótica Runibot de la Asociación Red Universitaria Bogotá-Robot, que tuvo como sede este año a la Universidad Cooperativa de Colombia. En el evento, 1.200 robotistas de siete países, entre estudiantes de colegios, universitarios y profesionales, pusieron a competir sus creaciones.
Los ganadores obtuvieron cupos para asistir a los mundiales de Perú, México, Rumania y Japón
Construir un robot puede tomar 15 días, dos meses o más, dependiendo de la complejidad del mismo.
“Es una experiencia que nos permite aprender mucho más sobre la robótica y conocer a otras personas que también les gusta esto”, dice José Tamayo, de 18 años, estudiante de Ingeniería Electrónica de la Universidad del Bosque, quien se interesó por esta área al ingresar a un semillero de su facultad.
Junto a robot-fútbol, hicieron parte del torneo otras categorías como velocidad, que son robots que corren en una pista; sumo, que es una lucha entre dos robots (los hay grandes y pequeños, audiocontrolados y autónomos, con inteligencia artificial) y la de desarrollo, investigación innovación, que son proyectos libres que buscan dar solución a problemas específicos.
“La robótica tiene que ser divertida, porque la diversión se convierte en una base para el estudio de la robótica, así es como poco a poco las personas involucran más en aportar más conocimiento a esta área”, expresa Takeshi Kanai, de 51 años, que lidera el equipo de Japón.
Para el caso de los colegios, los niños y adolescentes diseñan sus robots con materiales lúdicos, como Lego rcx o Makeblock.
“Es muy emocionante ver cómo personas de diferentes países se esfuerzan para presentar sus trabajos. La primera vez que hice un robot me demoré tres meses, este último que estoy presentando lo hice en 20 días”, contó emocionado a EL TIEMPO el estudiante mexicano José Osiel.
En la categoría de velocidad se coronó como campeón el grupo de estudiantes de la Universidad de Nariño; en la de minisumo, el primer puesto fue para el mexicano Luis Cortés; y en la de robot-fútbol, el equipo colombiano de la Universidad Central se impuso ante la representación de México.
Los ganadores obtuvieron credenciales para asistir a los mundiales que se realizan en Perú, México, Rumania y Japón. Precisamente, el colombiano Henry Rodríguez es actualmente subcampeón mundial en minisumo.
JOSÉ CAPARROSO
En Twitter: @JoseCaparroso
Escuela de Periodismo Multimedia de EL TIEMPO
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