El capítulo ‘Caída en picada’ de la serie británica Black Mirror en el que se muestra un mundo en donde acceder a un crédito, conseguir un trabajo o comprar una casa depende de un sistema que mide la influencia en redes sociales de una persona mostraba un panorama extremo y algo banal sobre el papel de los entornos digitales en el futuro.
Aunque la visión resultaba trágica para muchos, otros la veían cercana a la realidad actual en donde el número de seguidores, likes o alcance en una red social son relevantes en muchos aspectos. Pero en China ya se está implementando una iniciativa muy parecida a la pintada en la serie.
En 2014, el Consejo de Estado de ese país reveló un plan para crear el Sistema de Crédito Social (SCS) que básicamente establece un puntaje de confianza nacional a cada ciudadano que, según Wired, se basa en las compras que realiza, los lugares que visita, la forma cómo interactúa con sus amigos en redes sociales, el número de horas que pasa mirando un contenido o jugando videojuegos y las facturas que paga.
Todas estas acciones se catalogarán como positivas y negativas para crear una puntuación, que luego será clasificada en un ranking de la población general y que se usará para determinar si una persona es elegible para un trabajo o si sus hijos pueden entrar a determinado colegio, por ejemplo.
Por ahora, este sistema se está aplicando de forma voluntaria con ocho compañías privadas pero en 2020 será obligatorio para todos los ciudadanos. Por el momento las personas están siendo medidas con una puntuación que oscila entre 350 y 950. De acuerdo con Wired, quien alcance 650 puntos puede alquilar un carro sin dejar un depósito o hacer un check-in más rápido en los hoteles, por ejemplo.
Aquellos con más de 666 puntos pueden obtener un préstamo en efectivo de hasta 50.000 yuanes y quienes tengan más de 700 tendrían la posibilidad de solicitar un viaje a Singapur sin documentos de justificación, según informa Wired.
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