Samsung informó que registró una caída del 30 por ciento de sus ganancias operativas en el tercer trimestre, un resultado esperado tras el escándalo de la retirada de su aparato estrella, el Galaxy Note 7, que ha dañado la reputación del principal fabricantes de móviles del mundo.
El mayor fabricante de teléfonos a nivel mundial dijo que sus beneficios operativos en el periodo entre julio y septiembre fue de 5,2 billones de wons (4.600 millones de dólares), frente a 7,3 billones de wons registrados hace un año.
Los resultados fueron publicados unas horas antes del inicio de la reunión extraordinaria de inversores. En la cita, los accionistas aprobaron la nominación de J. Y. Lee para la directorio de nueve miembros. J. Y. Lee se perfila como el heredero más probable de la marca, después de que su padre, Lee Kun-Hee, presidente de Samsung Electronics, así como de la matriz Samsung Group, tuviera una crisis cardíaca en 2014.
Este cambio generacional de una empresa que es una insignia en Corea del Sur, pero que sigue siendo una compañía familiar se presenta como complejo. La caída de los beneficios está en sintonía con la revisiones de las proyecciones de rendimiento efectuadas por la misma empresa hace dos semanas, después del escándalo tras la retirada de su dispositivo estrella, el Galaxy Note 7.
El mes pasado Samsung lanzó un llamado a revisión de 2,5 millones de unidades del modelo Galaxy Note 7, después de varios incidentes de usuarios que denunciaron explosiones de la batería. La decisión de suspender la producción de un modelo pensado para competir con su archirival Apple fue devastadora para una empresa que se enorgullecía de la calidad de sus productos y de su tecnología innovadora.
El escándalo provocó una debacle en los resultados de la división móvil, que registró una caída de los beneficios del tercer trimestre de 98 por ciento con respecto al trimestre precedente, a un nivel de 100.000 millones de wons.
AFP