A pesar de que su vida nunca se detuvo por la malformación congénita que le impidió el desarrollo normal de su brazo superior derecho, habrá un antes y un después en el camino de este niño de siete años.Carlitos, como lo llaman cariñosamente sus familiares, llegó a la capital desde la vereda Facilidades, en el municipio de Cimitarra, Santander, para recibir la prótesis que fue fabricada a la medida por la Fundación Materialización 3D.