#Santospagaportrinar #BrandMen fueron algunas de las tendencias que dominaron la red social de Twitter hace unos días y que empezaron a moverse con el trasfondo de un supuesto pago del Gobierno a tuiteros para que sirvieran de influenciadores en algunos temas.
La controversia se creó por la publicación de un tuitero y famoso influenciador llamado Harold Rodríguez (@Haroletto), quien publicó un trino en el que aplaudía la gestión del presidente Juan Manuel Santos quien, a su vez, le respondió el tuit.
Señor @JuanManSantos no se puede tener a todo el mundo contento y usted ha sacrificado por la paz de este país. #GraciasPresidente pic.twitter.com/x8HdgaHkxM
— Harold Rodríguez (@Haroletto) 20 de julio de 2017
.@Haroletto gracias a usted por creer en la paz. Como hoy dije ante el Congreso, Colombia está por encima de los egos.
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) 21 de julio de 2017
Hasta allí hubiese sido una interacción normal en la red. Sin embargo, otro internauta, Andrés Felipe Arcos (@AndresFelipe), afirmó que el tuit de Rodríguez en realidad era parte de una campaña paga y que costó 71 millones de pesos.
71 millones nos costo este trino de este tuitero "agradeciéndole" a Santos por su "buen trabajo", mientras en Guajira mueren niños de hambre pic.twitter.com/dCOd2AHX7j
— Andres Felipe Arcos (@AndresFelipe) 21 de julio de 2017
En su misma cuenta también publicó un supuesto contrato en el que constaba la paga a nombre de la empresa BrandMen S.A.S. para la “difusión de amplificación de los diferentes contenidos requeridos por el Ministro TIC, así como las iniciativas o proyectos asociados al Ministerio de las Tecnologías de la Información”.
El lunes, ese Ministerio respondió a esas acusaciones e indicó que, en efecto, ese contrato –el número 157– fue suscrito por la Imprenta Nacional de Colombia en el 2016, pero que no involucra a la Presidencia de la República ni a ningún proyecto que lidere esa entidad o el presidente Juan Manuel Santos.
“Se aclara que el contrato, finalizado el año pasado, no tiene relación alguna con la conversación en Twitter entre el señor presidente Juan Manuel Santos y un usuario de la red social hace cuatro días”, se indicó en el comunicado.
El contrato se ejecutó en su totalidad el año pasado con la firma BrandMen S.A.S.
“Específicamente, se enfocó en el apoyo a la divulgación y promoción de las becas-crédito para cursar carreras relacionadas con tecnologías de la información, los nuevos Puntos Vive Digital y las Zonas WiFi Gratis, teniendo en cuenta que las audiencias jóvenes, público objetivo de estas iniciativas, están en las redes sociales y se buscaba que más colombianos se beneficiaran de las convocatorias ofertadas”, expresó ese Ministerio.
El mismo contrato publicado por el tuitero especifica que se necesitaban al menos 30 influenciadores que “deben ser usuarios de redes sociales con un número importante de seguidores” y, a su vez, indica el número de acciones y publicaciones que debían hacerse.
En un blog publicado en EL TIEMPO, Ómar Gamboa, amplio conocedor de las redes sociales, explica, entre otras, que un trino no vale 71 millones de pesos y que para escoger a alguien para ser influenciador se deben analizar sus opiniones, su tono y su lenguaje.
“No es lo mismo ser un 'youtuber' que les habla a niños entre 10 y 15 años, que hablar de actualidad o estilo de vida para un público entre 25 y 40 años. El lenguaje es diferente, el tono es diferente”, explicó.
La influencia en Twitter para mover temas es cada vez más común no solo para entidades gubernamentales, sino para empresas, marcas y personas. A diario se ve cómo famosos o personas del común, pero con gran impacto en las redes sociales, promocionan diferentes tipos de productos o servicios.
Es solo una modalidad de publicidad que ha migrado a las redes sociales, algunas veces con formas que no son transparentes para el usuario final, pero que en definitiva representan una forma de consumo.
“Es claro que los gobiernos, independientemente de su color político, utilizan diversas estrategias publicitarias para hacer llegar su mensaje a la mayor audiencia posible y en un mundo donde hay nuevas formas de consumo, como el uso de los ‘social media’, es cada vez más común implementar diferentes iniciativas a través de estas plataformas. Aunque muchos se indignen por ello”, indicó Juan Sebastián Delgado, otro bloguero de EL TIEMPO.
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