Un primer mordisco temeroso y la sensación de desgarre de una especie de tejido. Tras más de cinco años sin comer carne, y aún sin tragar, la primera idea que vino a mi mente al morder la hamburguesa de Beyond Meat fue: ¿cuándo tuve esta sensación por última vez?
No lo recordaba.
Ya con el primer trozo de la carne en la boca el sabor fue inmediato: jugoso, suave, firme.
Definitivamente no estaba preparada para eso. Solo había dado un bocado y mi cerebro ya indicaba que era carne de res. El impulso de vomitar se hizo presente.
Confundida y al mismo tiempo impactada conmigo misma, logré tragar. Ante mi conmoción, me decían los demás: tranquila, es vegetal, no es carne.
Me demoré un par de minutos antes de dar el siguiente mordisco. Con su olor penetrante y su sabor a ahumado que se adhiere a cada papila, mi paladar engañó a mi cerebro, ¿o fue al revés?
El producto, que no es como cualquier hamburguesa de lentejas que se encuentra en un restaurante vegetariano, se diferencia por sus características organolépticas, es decir, su textura, olor y sabor. Su compañía creadora, Beyond Meat, dice que quiere lograr el mayor parecido posible a la carne de origen animal, pero sin el sacrificio.
Su fórmula se basa en ingredientes como proteína de arveja, aceites, almidones y saborizantes naturales. Pero detrás del parecido con la carne de origen animal, hay un proceso tecnológico.
Según Sebastián Cotes, gerente de Sannus Food –que importa los productos de Beyond Meat a Colombia–, “tras 10 años de innovación, encontraron un método de preparación llamado extrusión, con el que, al mezclar ciertos ingredientes, el producto final luce muy similar a la carne de res”.
En un biorreactor introducen una primera mezcla seca de ingredientes y con cambios de temperaturas muy rápidos entre calor y frío, se intensifican o reducen ciertas propiedades. El resultado es un “tejido proteico”, que luego congelan y cortan según el producto que deseen conseguir.
“El propósito es poder creer sustitutos a las carnes que más consumo tienen a nivel mundial: res, cerdo y pollo”, explica el ejecutivo.
Esta iniciativa también la tienen emprendimientos como Impossible Foods, que actualmente se vende en los restaurantes Burger King de Estados Unidos, e incluso hay desarrollos científicos en el mismo camino como la hamburguesa hecha a partir de células madre que desarrolló el farmacólogo holandés Mark Post.
En Colombia, por ahora, no es común encontrar estas alternativas vegetales a la carne de origen animal. En EE. UU. hay opciones, pero el costo todavía es muy alto.
El propósito es poder creer sustitutos a las carnes que más consumo tienen a nivel mundial: res, cerdo y pollo
“Estas maneras de producir y texturizar proteínas no son comunes”, argumenta Cotes, quien resalta que la dificultad de encontrar prestadores del servicio y manufactura con esta tecnología, sumado de la carencia de oferta de grandes cantidades de alverja, impiden –por ahora– la producción masiva.
El gerente de Sannus Food plantea, citando a Ethan Brown, CEO de Beyond Meat, que se espera que para 2025 el producto pueda conseguirse al mismo precio que la carne de res.
Esta carne vegetal estará pronto en Subway de EE. UU.. Además, se consigue en distintas presentaciones como en fajitas de pollo, salchichas, carne molida, carne fresca y en forma de hamburguesa, (que es la que probé). En Colombia, en almacenes de cadena, algunas tiendas especializadas y en el sitio web de Sannus Food, se puede comprar solo en esta última presentación por un precio que oscila los 30.000 pesos. por una bandeja de dos unidades.
MARÍA PAULINA ARANGO M.
REDACCIÓN TECNÓSFERA
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