Es una cita interesante, que congrega a los actores de un sector en permanente transformación. La de Cartagena, esta semana, es una oportunidad para mirar las posibilidades que le ofrece el sector de las TIC a un país que, como Colombia, se apresta a escribir una nueva página en su historia.
La agenda del Congreso Internacional Andicom se desarrollará del 31 de agosto al 2 de septiembre en líneas paralelas que dedicarán su atención a examinar las posibilidades de desarrollo del sector desde las perspectivas productiva, económica, social y, por supuesto, la de las TIC.
Pero cae en un error quien crea que Andicom es sobre el futuro. Es sobre el ahora. Temas que en Tecnósfera examinamos a menudo, como el Big Data, la ciberseguridad, la banca digital y el internet de las cosas serán puestos, en las presentaciones de más de un centenar de conferencistas, en el contexto actual de un país que necesita nuevos modelos de productividad y de negocios.
Llama la atención ver, en la lista de invitados, a figuras como Juan Prego, de Actitud Creativa, un experto en el tipo de pensamiento creativo que favorece la innovación. De igual manera, a Dirk Ahlborn, CEO de Hyperloop, una empresa decidida a no solo transformar sino revolucionar mediante la tecnología la manera en que las personas se mueven de A a B.
El Centro de Investigación de las Telecomunicaciones (Cintel), organizador del Congreso, dará a conocer, durante el mismo el primer estudio sobre la “madurez digital” de las empresas colombianas. Es un tema crucial si se espera fortalecer en el país un sector verdaderamente competitivo en un entorno global como el de las TIC.
Porque lo cierto es que, pese a los avances, al país le falta aún descubrir lo que podría darle un sector TIC funcionando al tope de sus capacidades. El discurso oficial está orientado hacia la innovación y la transformación digital, pero a menudo las decisiones terminan apuntando en dirección contraria. El país aún no ha reconciliado sus modelos tradicionales –ni los productivos ni los normativos– con las realidades de la industria 4.0, la economía colaborativa y la transformación digital.
De poco servirá traer la tecnología si no hay en el país la cultura de innovación para adoptarla y desarrollar adelantos propios y si no existe el marco legal para acoger y desarrollar las nuevas iniciativas en lugar de ‘echarlas al agua’ a nadar o perecer.
Por eso, Andicom es también un necesario punto de encuentro para reflexionar sobre los retos y las deudas pendientes de un sector llamado a ser la base de una nueva revolución industrial. Pretender recorrer –como lo quisieran tantos– el camino de renovación de naciones como India, Singapur o Finlandia sin invertir con decisión –como lo hicieron esas naciones– en educación y en investigación, es esperar en vano.
WILSON VEGA
Editor Tecnósfera@WilsonVega