La demanda de la Comisión Federal de Comercio (FTC por su sigla en inglés) de EE. UU. contra Qualcomm, que inició casi hace dos años, llegará a juicio en enero de 2019.
El caso, que ha generado desafíos para el fabricante de chips, que iniciará el 4 de enero, enfrentará las posiciones de los abogados de la agencia reguladora y de la compañía sobre si Qualcomm está abusando de su fuerza en el mercado de microcomponentes en 'smartphones' para obligar a Apple y otros fabricantes de telefonía a pagar elevadas tarifas de licencia.
Aunque ambas partes habían dicho que estaban negociando un acuerdo, la juez de distrito Lucy Koh de San José, California, se negó a demorar los procedimientos y redujo el alcance de la argumentación del fabricante de chips en los fallos previos al juicio.
Después de que la FTC presentó su queja en enero de 2017, Apple presentó una demanda similar acusando a Qualcomm de mantener su posición en la industria apuntalada en patentes para los sistemas telefónicos modernos. Esa movida, generó otra serie de litigios entre ambas compañías. En octubre Qualcomm dijo Apple le debía 7 mil millones de dólares en tarifas de licencia sin pagar.
El caso cuestiona el modelo de negocio de Qualcomm, con sede en San Diego, EE. UU. Si la empresa llegara a perder el juicio, también podría perder miles de millones de dólares en licencias que cobra a fabricantes de tecnología y utiliza para desarrollar mejoras en sus chips.
Según Qualcomm, el gobierno tiene datos erróneos y no ha demostrado ninguna prueba de comportamiento anticompetitivo por parte del fabricante de chips contra sus rivales.
Sin embargo, Qualcomm no otorga licencias a sus rivales fabricantes de chips como Intel y MediaTek. La FTC sostiene que la negativa de Qualcomm a otorgar licencias de patentes a competidores, incluidos Intel y Samsung, hace parte de un plan para mantener un monopolio.
Qualcomm es propietaria de una invención mediante la cual múltiples flujos de datos pueden usar el mismo conjunto de frecuencias de radio. Como lo ve la compañía, si su tecnología, los teléfonos inteligentes no podrían acceder a Internet.
Si bien ninguno de los fabricantes niega que el desarrollo de la tecnología de Qualcomm fue clave para los estándares de la industria de los teléfonos móviles, aseguran que el uso sus patentes en esas invenciones para cobrar tarifas es injusto. Actualmente, a la compañía se le paga un porcentaje del precio de venta total de cada teléfono vendido.
Según los adversarios de Qualcomm, hay mucha otra tecnología que hace que un teléfono sea atractivo y útil actualmente para los consumidores, que viene de otras patentes. Argumentan que la compañía debe establecer tarifas basadas en el precio del componente que utiliza su tecnología y no del teléfono como tal. Eso significa una caída al pasar de cientos de dólares a decenas de dólares.
Una parte clave del caso es la acusación de la FTC frente a que Qualcomm trató de obligar a Apple a utilizar sus chips de forma exclusiva. La juez del distrito Koh argumentó previo al juicio que Qualcomm no podrá argumentar al jurado que no ha sido así señalando la creciente dependencia de Apple con Intel.
Koh también concluyó en noviembre pasado que Qualcomm debe otorgar licencias de patentes bajo los compromisos que la empresa hizo con los grupos de la industria para proporcionarlos en términos justos y razonables.
Por su parte, Intel y Samsung han apoyado a la FTC en sus presentaciones ante la corte, indicando que la defensa de Qualcomm está obsoleta pues sus años de "dominio a través de la innovación y el trabajo duro han sido reemplazados por prácticas monopólicas". Durante una presentación del caso en mayo de 2017, Intel dijo que esas prácticas "suprimen la competencia y dañan a los consumidores".
Dada la amenaza a la capacidad de Qualcomm para cobrar las patentes, el caso de la FTC y los litigios de Apple han generado una venta masiva de acciones de la compañía.
REDACCIÓN TECNÓSFERA*
*Con Bloomberg