El presidente de la República, Iván Duque, anunció la prolongación de la emergencia sanitaria por 60 días más a partir del 1.° de mayo, a la par que anunció un desescalamiento de las medidas no farmacológicas para controlar la expansión del covid-19 con base en las cifras reportadas de la pandemia, que en las últimas semanas han mostrado los conteos más bajos en términos de casos, hospitalizaciones y fallecidos.
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De acuerdo con el primer mandatario, estas decisiones están soportadas –además de lo anterior– en discusiones técnicas y científicas con los comités asesores correspondientes y sobre recomendaciones de la OMS y la OPS.
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Dada la importancia de estos anuncios, y que en esencia, según los expertos, marca de manera firme la transformación de la pandemia en endemia y un horizonte más claro que permite dejar en el pasado la mayor contingencia sanitaria de este siglo, resulta importante analizarlas una a una de la mano de algunas voces autorizadas.
Para empezar, hay que decir que de acuerdo con el ministro de Salud, Fernando Ruiz Gómez, la pandemia no ha terminado y las variantes más transmisibles del Sars-Cov-2 (específicamente las últimas modificaciones de ómicron) se encuentran circulando en el país, a lo que hay que sumar que las coberturas de vacunación han venido creciendo, que la inmunidad híbrida (vacunación y la que dejan las infecciones) ha venido aumentando, y que se ha demostrado que la vacunación completa si bien no protege contra la enfermedad, sí previene formas graves y la muerte, lo que permite englobar técnicamente los anuncios del Presidente.
Se prolonga la declaratoria de emergencia sanitariaEl Presidente dejó claro que hasta el 30 de junio se mantendrá la emergencia sanitaria en razón a que si bien las cifras de la pandemia son benévolas, es importante –como lo dijo el ministro de Salud en entrevista con EL TIEMPO– hacer seguimientos específicos y ajustes desde el plano preventivo y asistencial para evitar sorpresas que puedan poner contra la pared al sistema de salud a nivel general o en alguna de las regiones.
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Hay que recordar que esta medida permite la toma de decisiones de manera rápida dentro de las que se cuentan también las necesarias para adelantar los pasos necesarios en la transición de pandemia a endemia. En otras palabras, dado que la pandemia no ha terminado, la medida se mantiene de manera coherente por un tiempo más.
El mandatario anunció que la exigencia de los tapabocas en los lugares cerrados se levantaba a partir del 1.° de mayo siempre y cuando se cumplan las siguientes condiciones: que los municipios hayan superado el 70 por ciento de cobertura en esquemas completos de vacunación y el 40 por ciento de su población vacunada con refuerzos (ver mapa), en un seguimiento que para el efecto hace el Ministerio de Salud. Hay que aclarar que la medida se mantiene en todos los lugares en donde se presten servicios de salud, los establecimientos educativos y el transporte público.
Estas decisiones
son muy importantes en la lucha contra el covid-19, destacando los resultados del Plan de Vacunación
De acuerdo con el reporte de la cartera de Salud, en total hay 525 municipios en Colombia que cuentan con 70 por ciento y más de su población con los esquemas completos de inmunización contra covid-19 y 78 en donde el 40 por ciento tiene más con dosis de refuerzo. En este sentido, solo cinco capitales del país cumplen con los estándares del ministerio sobre los esquemas completos: Armenia (78,4 por ciento con esquemas completos y 41 por ciento con dosis de refuerzo), Manizales (76,2 por ciento y 41 por ciento en refuerzos), San Andrés (78,1 por ciento y 41 por ciento), Tunja (84,4 por ciento y 41 por ciento en refuerzos) y Bogotá (76,9 por ciento y 40,5 por ciento en refuerzos).
Según el salubrista Pedro León Cifuentes, esto tiene lógica desde el plano de la salud pública porque los niveles exigidos de vacunación garantizan protección a la mayoría de la población, como se ha demostrado, pero como el virus aún circula, es natural que en los espacios hospitalarios que configura un conglomerado de riesgo, la medida se mantenga no solo para los trabajadores sino también para pacientes y acompañantes.
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Para Cifuentes, lo de los establecimientos educativos se fundamenta en que la cercanía de las personas, el tiempo en un espacio cerrado que no garantiza ventilación puede aumentar las posibilidades de contagio –como se ha demostrado al tenor de la evidencia–, por lo que es necesario mantener el uso del tapabocas al menos mientras la pandemia se levanta; lo mismo ocurre en el transporte público, porque ahí se suman los mismos tres factores: multitud, cercanía, espacio limitado y falta de ventilación.
Levantar la exigencia de los carnés de vacunación para asistir a lugares públicos, lugares de espectáculos y diversión, restaurantes y bares va de la mano con la dinámica pandémica en razón a los volúmenes de vacunación que en este momento superan el 80 por ciento de primeras dosis y se acerca al 70 por ciento de la población con segundas dosis, por lo que sumado a la inmunidad obtenida a partir de las infecciones permite cierta tranquilidad en estos espacios, como ya se ha demostrado.

El Gobierno decidió que el tapabocas seguirá siendo obligatorio en el transporte público y otros espacios como aulas de clase de colegios y universidades.
Mauricio Moreno / EL TIEMPO
La salubrista Elizabeth Beltrán es enfática al decir que lo que se levanta aquí es la exigencia desde el plano oficial. Sin embargo, si alguna persona, de acuerdo con su experiencia y las enseñanzas que ha dejado la pandemia, considera de manera individual que debe seguir usando la mascarilla, no hay ninguna razón para impedirlo y menos condicionar el retiro de la misma para permanecer en dichos sitios.
Desde el plano de la salud pública porque los niveles exigidos de vacunación garantizan protección a la mayoría de la población
Las personas que lleguen al país, bien sean colombianos, extranjeros residentes, turistas o viajeros de paso que permanezcan algunos días en el territorio nacional, deben presentar su carné de vacunación completa (dos dosis o monodosis de Janssen) en todos los puestos de ingreso al país. En su defecto, deberán allegar una prueba PCR con un tiempo no superior a 72 horas a la toma o de antígenos con un lapso no mayor a 48 horas.
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Esto, de acuerdo con Cifuentes, se fundamenta en la circulación mundial del virus y dado que en muchos países los niveles de vacunación e inmunidad no son lo suficientemente efectivos, es necesario proteger con estas exigencias a los habitantes del país independientemente del lugar del que lleguen los viajeros.
Derogación del PrassDada la evolución de la pandemia, el Presidente también anunció que se deroga el decreto que establecía la estrategia Prass (pruebas, rastreo y aislamiento selectivo sostenible) para dar paso a una estrategia de vigilancia epidémica con carácter preventivo y seguimiento específico en armonía con la política de mitigación que ha seguido el país desde el comienzo.
Esto, de acuerdo con Beltrán, no significa que se dejen de realizar pruebas o que se deje de atender la pandemia, sino que el seguimiento tendrá focalizaciones definidas y no componente de tamizajes, diagnósticos y aislamientos como se realiza en algunos países como China, que a pesar de tener las mismas variantes que circulan en el país tiene como política de Estado someter a cuarentenas a sus pobladores, solo con una prueba positiva independientemente de su nivel de afectación.
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