La Superintendencia Nacional de Salud ordenó la intervención forzosa para administrar el Hospital San Rafael de Leticia, en Amazonas, por el término de un año, luego de concluir una fase de seguimiento en la que se identificaron fallas de tipo administrativo, financiero, asistencial y jurídico.
Estas fallas, según la Supersalud, "ponen en riesgo la adecuada y oportuna atención a los usuarios de este departamento".
La Supersalud señaló que en el Hospital San Rafael de Leticia "no se garantizan servicios accesibles, oportunos, continuos y seguros, generando un riesgo para la vida de los usuarios".
Esta decisión se conoce en un momento cuando Amazonas se ubica como el departamento con la mayor proporción de casos de covid-19 por cada millón de habitantes, con más de mil, triplicando a Bogotá. De acuerdo con el reporte más reciente de las autoridades sanitarias, se han confirmado 104 casos de coronavirus y cinco fallecimientos.
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En el seguimiento, el organismo evidenció que los equipos de ese centro médico no cuentan con mantenimiento hospitalario ni se encuentran en condiciones aptas para la prestación de salud. Además, encontró "desabastecimiento de medicamentos e insumos médicos, con prácticas inseguras como por ejemplo el reuso de tubos de toma de muestras de laboratorio".
Se evidenció que ese hospital "no cumple con las condiciones y requisitos para la gestión integral de residuos hospitalarios y similares" y que "se presentan fallas en el diligenciamiento de las historias clínicas".
Por otro lado, la Supersalud encontró un déficit presupuestal del 25,91 % al cierre de 2019. Esto, aseguró, aumenta el riesgo en su equilibrio financiero.
De igual forma, reveló que, luego de cruzar las cuentas de deudores versus pasivos, encontró un desbalance. "Las deudas del hospital ascienden a $ 12.380 millones, las cuentas por cobrar están en $ 9.147 millones, lo que deja un déficit de $ 3.233 millones, es decir que, con el recaudo del 100 % de sus deudores, el centro asistencial no tendría cómo cubrir sus pasivos", explicó la Supersalud en un comunicado.
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Otros de los hallazgos es que el hospital "presenta una inadecuada e ineficaz planeación en el proceso de contratación", lo cual, explica la Supersalud, "se refleja en el desabastecimiento de medicamentos e insumos".
El hospital tampoco "verifica que todos sus colaboradores se encuentren debidamente acreditados para el ejercicio de su profesión, en especial, los certificados de formación en soporte vital básico y avanzado".
Por lo anterior, ese organismo decidió remover del cargo al actual gerente del hospital y designó al doctor Albert Giraldo Varón como agente especial interventor. Giraldo, según la Supersalud, tendrá entre sus funciones presentar un plan de acción encaminado a subsanar la situación en ese centro médico.
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