Les pasa a muchas personas: pasan la mayor parte del día sentadas en su trabajo o en su casa. Su jornada diaria transcurre frente a un escritorio, desde donde se mudan por breves instantes a la mesa y de ahí se van directo a la cama.
Aunque hagan algo de ejercicio entre una actividad y otra, nada pareciera suficiente para equilibrar las largas horas que pasan pegadas a una silla. Este nocivo hábito no es de unos pocos; es más, en el 2012 se calculó que el sedentarismo está asociado con cerca de 5,3 millones de muertes al año.
Hace un par de semanas se publicaron los resultados de un metaanálisis en la revista científica The Lancet, que además de resaltar los riesgos que enfrentan los sedentarios, también aporta algunas recomendaciones que pueden ponerse en práctica a partir de esta semana.
Sus autores señalan, por ejemplo, que ocho horas diarias sentados pueden contrarrestarse con menos de una hora de actividad física por jornada.
La verdad sea dicha, no se trata de hacer un cambio exagerado: 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada fraccionados durante la semana son suficientes para estar saludables.
Para el análisis se tuvieron en cuenta 16 estudios con datos de más de un millón de hombres y mujeres (mayores de 45 años, procedentes de Europa Occidental, Estados Unidos y Australia), que fueron divididos en cuatro grupos en función de su nivel de actividad física moderada.
Por “moderada” definen: caminar 5,6 kilómetros durante una hora o hacer 16 kilómetros de bicicleta.
Quienes practican entre 60 y 75 minutos de ejercicio moderado al día lograban eliminar el aumento del riesgo de muerte prematura que les correspondía por estar sentados durante más de ocho horas al día.
El gran problema es que tres de cada cuatro participantes no lograron llegar a ese nivel de actividad. Pagar el gimnasio, y solo ir una vez por semana, no es algo anormal. La conclusión es que con un poco más de disciplina es posible ganarle al escritorio.
LA NACIÓN
(Argentina)