Si bien, las políticas públicas estipuladas para la protección de las personas que trabajan en el sector de la salud deben enfocarse en la prevención de accidentes con agentes biológicos, en nuestro país, las cifras de este tipo de incidentes han ido en aumento, y patógenos como la Hepatitis B – C o el VIH son muestra de ello.
En esa medida, y teniendo en cuenta que los riesgos biológicos son inherentes a las actividades laborales, es necesario que se establezcan normas específicas para que tanto empleados como empleadores disminuyan al mínimo las probabilidades de sufrir algún tipo de contagio.
Entre el 2.002 y el 2.014, la empresa especializada en bioseguridad, Avenir, atendió más de 14.000 accidentes de bioseguridad en el país. Dentro de los cuales se encontraron casos de enfermeros, auxiliares, médicos, cirujanos, bacteriólogos, odontólogos y servicios generales.
Las empresas, además de acogerse a estas normas, deben capacitar a sus trabajadores en el autocuidado y prevención de estos accidentes, ya sea por pinchazo o salpicadura e incluir en sus prácticas diarias la utilización de dispositivos y elementos de bioseguridad con alto desarrollo tales como agujas retráctiles y gafas de seguridad que disminuyen la exposición.
En diferentes partes del mundo como Brasil, España y Alemania el uso de dispositivos de seguridad en la prestación de servicios de salud es de carácter obligatorio. Actualmente se busca que en Colombia se adapte este mismo modelo para buscar un marco regulatorio encaminado a actualizar el entorno laboral para los funcionarios de la salud.
EL TIEMPO
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