La pérdida de cabello en la mujer supone una ardua confrontación psicológica con símbolos sociales heredados, ya que el cabello, cognitivamente, es “una de las primeras manifestaciones de la belleza”, asegura el psiquiatra José Javier Mendoza.
Este experto, coordinador de investigación del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, establece la relación entre la percepción de la belleza y la estética capilar, dado que “cada una de las representaciones que podamos ver en el cabello va a modificar el estímulo que provocamos en las personas”.
El pelo es un elemento ornamental que sirve como distintivo de género y belleza, además de ser un rector de la simetría facial, una parte esencial de la experiencia de la atracción y una manifestación de una posición social.
Los seres humanos inconscientemente manifestamos nuestro deseo en diferentes partes del cuerpo, siendo el pelo “un símbolo de una proyección que implica mayor atracción que otros”, dice Mendoza.
Por eso la pérdida del cabello es un duro golpe para ellas y suele relacionarse con altos niveles de ansiedad, y muchas veces se establece un círculo vicioso pues, según Mendoza, “la caída del cabello causa ansiedad y la ansiedad causa la caída del cabello”.
Fisiológicamente, la ansiedad hipermetaboliza el cuerpo, y al hacerlo las células con tendencia a desprenderse con facilidad, como las de la piel y el cabello, ven incrementada su caída.
La depresión también forma parte del conflicto, pues “aproximadamente 20 por ciento de mujeres que tienen pérdida de cabello tienen síntomas depresivos”, expuso Mendoza. En estos casos cabe ser cuidadoso y no caer en tratamientos farmacológicos, a no ser que sea estrictamente necesario, ya que los antidepresivos pueden debilitar el folículo y agravar la situación.
Victoria Mendoza, jefa del Departamento de Endocrinología del Centro Médico Siglo XXI, asegura que los factores hormonales son esenciales, siendo en las mujeres la causa más frecuente de caída de cabello (37 por ciento). La producción de hormonas masculinas incide en el folículo piloso y las mujeres pierden cabello.
Esto se relaciona estrechamente con factores hereditarios. Cada día solemos perder una media de 100 cabellos, lo cual se agrava en la mujer ya sea por los factores hormonales antes mencionados o por otros como lactancia, deficiencia de hierro, ansiedad y enfermedades endocrinas como el hipertiroidismo.
En cuanto a la menopausia, “hasta 37 por ciento de las mujeres ven incrementada la pérdida de cabello”, y en las jóvenes el hipertiroidismo genera caída de cabello 100 por ciento de las veces. Cuando comienza la caída en grandes cantidades, surgen comportamientos característicos, el primero de los cuales es “una resistencia notable”, afirma el psiquiatra Mendoza. “A diferencia de las enfermedades psiquiátricas, donde tardan menos que los hombres en pedir ayuda, en la caída del cabello las mujeres tardan un poco más”, agregó.
A esto se agregan “factores ambientales a los que es muy sensible el folículo piloso”, como “el uso de tintes, una infección o decoloraciones frecuentes” que lo debilitan. “Todas estas causas deben tenerse en cuenta a la hora de realizar el interrogatorio que determina el diagnóstico”, aconsejó la endocrinóloga.
Otro factor importante y muy frecuente es el llamado efluvio telógeno, “una caída más intensa en respuesta a un evento que se vivió”, por ejemplo, una situación excepcional que genere estrés postraumático.
EFE
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