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Salud

Embolias: qué son y cómo prevenirlas

Muchos ataques cardiacos están relacionados con embolias, aunque estas pueden afectar otras partes del cuerpo.

Muchos ataques cardiacos están relacionados con embolias, aunque estas pueden afectar otras partes del cuerpo.

Foto:123rf

Ocurren cuando un coágulo que viene de otra parte del cuerpo obstruye un vaso sanguíneo.

Diana Rincón
“La embolia es el impacto de un coágulo generado en otra parte del cuerpo (más frecuentemente creado dentro del corazón) al pasar por el sistema circulatorio”, explica Vicente Arrarte, presidente electo de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca, de la Sociedad Española de Cardiología.
Es decir, ocurre cuando un coágulo que viene de otra parte del cuerpo obstruye un vaso sanguíneo y, por lo tanto, impide o dificulta que el riego llegue a una determinada zona del organismo.
“Dado que el coágulo suele salir del corazón, aunque también de grandes arterias, es frecuente su impacto en la circulación cerebral. Sin embargo, puesto que toda la circulación está conectada, el coágulo puede trasladarse a otros lugares como las extremidades, la circulación intestinal, la renal o la pulmonar. En este último caso, se suele generar el coágulo en las extremidades inferiores”, detalla Arrarte. Las causas de la embolia son múltiples –añade el cardiólogo–, pero la presencia de factores de riesgo cardiovascular –sobre todo la edad, la hipertensión arterial, la diabetes, el sedentarismo, la obesidad y el tabaquismo– la hace más frecuente.
Asimismo, aclara que también hay personas con una mayor facilidad para generar este tipo de coágulos, en especial, aquellas que padecen fibrilación auricular, una enfermedad muy frecuente en ancianos.
“Sin el tratamiento anticoagulante adecuado es muy posible la aparición de una embolia a lo largo de los años de evolución de la enfermedad. De ahí la importancia de un correcto tratamiento anticoagulante en estos pacientes”, subraya.
Por su parte, Felipe Atienza, cardiólogo del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, de Madrid, destaca que uno de los principales riesgos de la fibrilación auricular es la formación de embolias. “Las embolias se producen como consecuencia de un movimiento anormal de las cavidades cardiacas que hace que la sangre circule más lentamente y se formen coágulos, que salen despedidos por el torrente sanguíneo y pueden ir a diversas localizaciones como el cerebro u otros órganos, provocando consecuencias terribles”, describe.
Entre tanto, Luis Moya Jiménez, presidente de la Liga Colombiana contra el Infarto y la Hipertensión, explica que los síntomas varían de acuerdo con el órgano que afecte: “El más frecuente es el venoso, en el cual se forma el coágulo, viaja al pulmón y afecta la arteria pulmonar (tromboembolismo pulmonar), ocasionando muerte por asfixia”.
Si afecta el pulmón –añade–, produce fatiga, aumento de la frecuencia respiratoria, dolor en el pecho, mareo y pérdida del conocimiento. Cuando el trombo está en la venas –en alto porcentaje– se manifiesta con inflamación, dolor, enrojeciemiento, calor local y dolor en la palpación. Es muy frecuente en miembros inferiores, y más cuando hay várices.
Si el embolismo es cerebral, es generalmente por un trombo en el sistema arterial, sigue Moya. Se lo conoce como accidente cerebrovascular o derrame cerebral; aparece con dificultad para expresarse, coordinar y parálisis de la mitad del cuerpo. “Estos trombos, en la mayoría de los casos, son los que se localizan en el corazón, en las aurículas; pueden migrar al cerebro, y como consecuencia se dan los accidentes cardiovasculares”.
También hay embolismo graso o de aire en situaciones especiales, por ejemplo, en cirugías estéticas (liposucciones). Y, aunque todos estos conceptos médicos son realmente graves y preocupantes, no todo está perdido:
“Si el paciente detecta una embolia y acude rápidamente a la clínica u hospital, se puede salvar”, aclara Moya.

La trombosis*

Otra enfermedad grave relacionada con la coagulación de la sangre es la trombosis. “La embolia es un coágulo formado a otro nivel que viaja por el sistema circulatorio hasta impactar en otro lugar. En cambio, el trombo es el coágulo formado directamente en el sitio en el cual se produce la obstrucción. Este último mecanismo es el más frecuente en el caso de infarto de miocardio y de trombosis arterial aguda de miembros inferiores, por deterioro de la circulación local”, recalca el cardiólogo español Vicente Arrarte.

¿Qué hacer?

Lamentablemente, los síntomas de una embolia aparecen cuando se tapona la arteria o la vena, y se puede diagnosticar con diferentes exámenes. En las piernas, de manera preventiva, pueden hacerse pruebas de ultrasonido doppler para mirar si hay coágulos. Las várices son más susceptibles de formarlos y así causar el embolismo. Quienes pasan mucho tiempo sentados frente al computador o hacen viajes largos deben pararse cada 30 o 40 minutos, mover las pantorrillas, utilizar medias antiembólicas –que ayudan a las venas a que la sangre no se estanque– y estar hidratados. También se recomienda no tomar anticonceptivos ni hormonas, hacer ejercicio constante, entender que se puede ser proclive a cualquier edad y, si se sienten los síntomas, acudir al médico.
Existen tratamientos que disuelven los coágulos que taponan las arterias (fibrinolíticos) y medicamentos para prevenirlos, como los anticoagulantes.

Curarse en salud

Tómese la presión arterial en forma periódica con el fin de reducir las complicaciones más frecuentes, como accidente cerebrovascular e insuficiencia renal y cardiaca.
Haga ejercicio de manera habitual, no sin antes someterse a un chequeo médico para estar seguro de poder practicarlo.
Incluya en la alimentación diaria al menos cinco porciones de frutas y verduras.
Limite el consumo de sal. Evite consumir alimentos procesados porque contienen elevado contenido de sodio y grasa.
Evite el alcohol, no más de una bebida al día.
El exceso de peso aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular e hipertensión arterial. Revíselo.
Evite y combata el estrés.
PURIFICACIÓN LEÓN 
EFE REPORTAJES
En Twitter: @SaludET
*Fuente: Liga Colombiana Contra el Infarto y la Hipertensión.
Diana Rincón
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