Es bien sabido que de 16 horas que en promedio una persona está despierta al día, ocho las pasa en el trabajo. Por esta razón, es importante detectar las personalidades tóxicas que lo rodean y hacer lo posible por mantenerlas a raya.
El motivo tiene que ver con que los trabajadores que tienen mucho contacto con compañeros o jefes tóxicos tienden a perder tiempo preocupándose por los incidentes, sentir que su compromiso con la empresa decae y sentir que su productividad está afectada, según datos del Foro Económico Mundial.
- Relaciones pasivo-agresivas. Esto no solo incluye esos reclamos o insultos disfrazados de charlas políticamente correctas, sino también esos e-mails reclamándole algo a usted con copia -visible u oculta- a su jefe y otros miembros de la compañía. En estos casos es importante comunicar el problema y poner límites claros, todo en un ambiente de crítica constructiva. Lo anterior poco les va a gustar, porque -aunque parezca extraño- odian enfrentarse de verdad al problema.
- Relaciones de "un solo lado". Las relaciones laborales deben traer beneficios para ambas personas; si no es así, probablemente se estén aprovechando de usted. Para enfrentar a estas personas es mejor dejar de dar sus mejores esfuerzos en la medida de lo posible. Si le preguntan qué ocurrió, hable con franqueza.
- Relaciones llenas de resentimiento. Todas las personas se equivocan, incluso en el trabajo. Sin embargo, hay algunas que no perdonan lo que ellas consideran "traición", lo que puede derivar en dejarlo por fuera de proyectos claves. Para evitar este tipo de inconvenientes apóyese en una comunicación asertiva y ponga atención extra en lo que le gusta y le molesta a este tipo de gente para no embarrarla cada vez más.
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