Hoy, 30 de enero, se cumplen dos años desde que la Organización Mundial de la Salud declaró la emergencia sanitaria atribuida a la expansión del virus Sars-Cov-2: textualmente, “emergencia de salud pública de importancia internacional”.
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Durante este tiempo la gente del común ha aprendido muchas cosas en materia de virología, donde hoy son familiares conceptos como pandemia, zoonosis, virulencia, mutaciones, variantes, e inclusive “variantes de interés” o “variantes de preocupación”.
Uno de los aprendizajes más importantes fue comprender cómo se infectan las células humanas. El virus debe multiplicarse para que esto suceda, y por eso todos sabemos hoy cuáles son las medidas preventivas esenciales para evitar el contagio o expansión de la pandemia.
Ahora bien. La multiplicación del virus se produce a medida que este se reproduce o duplica su material genético (su RNA) para generar las cepas sucesivas; pero en la copia del RNA ocurren mutaciones que crean las “variantes”.
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Las mutaciones son muy frecuentes y pueden ser muy diversas, pero por regla general no implican cambios en el comportamiento del virus. Algunas, sin embargo, logran hacer que el virus sea más infeccioso, más patógeno o más virulento. Las variantes son:
- Más infecciosas si logran pasar de célula a célula y de persona a persona con mayor facilidad.
- Más patógenas si su capacidad de producir enfermedades es mayor.
- Más virulentas si las enfermedades que produce son más graves.
En este punto los investigadores pueden clasificar las variantes como “de interés” o “de preocupación”. Cuando una variante es de interés se la observa y se reportan los cambios que ocurren en el ser humano. Pero cuando se identifican cambios en el comportamiento viral y la posibilidad de que se vuelvan más infecciosas, patógenas o virulentas se convierten en variantes de preocupación.
Otro aprendizaje básico fue la gran dificultad para hacer predicciones sobre la evolución de la pandemia. Sin embargo, estas proyecciones nos ayudan a generar estrategias con respecto a hacia dónde va el proceso y cómo podríamos manejarlo mejor.
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En el caso particular del covid-19, una manera de hacer predicciones es apoyarse en la información recibida de los países europeos, donde los cambios en la pandemia se han venido presentando con algunos meses de antelación y por lo tanto ofrecen pistas sobre el futuro comportamiento del virus en Colombia.
Colombia vive el cuarto pico y la variante ómicron ya está aquí. El 95 % de los casos estudiados se deben a esta variante. Así queda confirmado que ómicron desplazó a delta y se estableció como la variante dominante en Colombia gracias a su habilidad para multiplicarse.
Son muchas las diferencias en el comportamiento de las variantes delta y ómicron. La más visible es la infección de las vías respiratorias altas, más efectiva en el caso de la segunda. Esto significa que ómicron ataca la laringe y la faringe, pero es menos común que afecte los pulmones.
Su presencia en la nariz es una de las razones de su alta capacidad de infectar. Como no llega a los pulmones, esta variante no causa neumonías ni otras patologías severas que podrían ser la causa de la mayor mortalidad de la variante delta o aún del Sars-Cov-2 inicial.
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Otro factor que explica su mayor capacidad de infectar son las mutaciones localizadas en el gen de la espícula, más exactamente en la porción del virus que se une al receptor de la célula.
Esta molécula se conoce como ACE 2 y, en la variante ómicron, hace que aumenten la adherencia del virus a la célula y la probabilidad de que la penetre para cumplir su ciclo viral.
Considerando las mutaciones presentes en ómicron, aún quedan dos preguntas importantes para responder: Si las pruebas PCR pueden o no detectar bien esta variante, y si ómicron logró desarrollar el “escape inmunológico”, es decir, logra evitar que sea neutralizado por la inmunidad que resulta de las vacunas actualmente disponibles o de las infecciones previas del Sars-Cov-2.
La respuesta a la primera pregunta parece ser afirmativa. La prueba de PCR sí detecta a ómicron en casi todos los casos. Sin embargo, algunas mutaciones interfieren con algunas de las pruebas y pueden arrojar falsos negativos (esto, a su vez, se evitaría si el estuche de PCR detectase más de un segmento génico).
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Con todo, la prueba de PCR sigue siendo la herramienta de diagnóstico más sensible y específica del covid-19. Pero sería bueno apoyar más los diagnósticos con pruebas rápidas para detectar el antígeno viral, además de los segmentos génicos.
Una persona con las dosis completas, incluida la de refuerzo, es mucho menos propensa a enfermarse. Por eso es importante vacunarse
Con relación a la segunda pregunta, los estudios confirman que las reinfecciones aumentaron a raíz de la ómicron, lo cual implica algún grado de escape inmunológico. Importa, sin embargo, resaltar que el número de reinfecciones disminuye notablemente y de manera proporcional al número de dosis de vacuna recibida.
Una persona que no esté vacunada o que haya sido infectada previamente, pero no tenga vacunas, puede reinfectarse con esta variante y sufrir una enfermedad severa. Pero una persona con las dosis completas, incluida la de refuerzo, es mucho menos propensa a enfermarse. Por eso es importante vacunarse.
Un último punto preocupante es la capacidad de esta “variante de interés” para generar enfermedad grave y muerte. El comportamiento esperado (mucha infección y poca mortalidad) no es igual al reportado, por eso no es fácil comprender el porqué del aumento del número de infectados y de personas que llegan a las unidades de cuidados intensivos.
Según lo esperado, el grupo de infectados deberían ser las personas no vacunadas o con comorbilidades, pero en realidad aún hay pacientes sin comorbilidades y vacunados que pueden morir de covid-19 en este cuarto pico de la pandemia. Gracias a Dios son pocos.
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Finalmente —e incurriendo en la especulación que siempre he criticado— me uno a los científicos que piensan que tras este cuarto pico el mundo debe alistarse para el final de la pandemia y el comienzo de la endemia.
El aumento acelerado en el número de casos, al igual que la rápida caída que se espera, implica que la variante ómicron llegó para quedarse entre nosotros como otro más de los agentes virales causantes de la Infección Respiratoria Aguda o ‘IRA’.
MARÍA FERNANDA GUTIÉRREZ*
Razón Pública**
* María Fernanda Gutiérrez es viróloga de la Pontificia Universidad Javeriana.
**Razón Pública es un centro de pensamiento sin ánimo de lucro que pretende que los mejores analistas tengan más incidencia en la toma de decisiones en Colombia.
Esta semana, Hans Kluge, director regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa, declaró que después de que la variante ómicron contagie al 60 por ciento de las personas de ese continente (según cálculos de la misma organización), es posible pensar que Europa se acerque al final de la pandemia. “Seremos mucho más resistentes, incluso ante nuevas variantes”, dijo por su parte Thierry Breton, el comisario Europeo de Mercado Interior.
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En la misma línea, el asesor de la Casa Blanca en la lucha contra el covid, Anthony Fauci, admitió que podría haber un “giro” de la situación en su país. Los tres coinciden en que, si bien el virus no se va a erradicar, podremos vivir con él y tratarlo como se trata una ‘gripe estacionaria’.
AFP
- Cuarta dosis de Pfizer no es suficiente para evitar contagio por ómicron- Así funciona la píldora que aprobó el Invima para tratar el covid-19- La cuarta dosis de la vacuna es 'parcialmente efectiva' contra ómicron