En Latinoamérica y el Caribe, menos de la mitad de los donantes de sangre son voluntarios, asegura un informe publicado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), con motivo de la celebración, este miércoles, del Día Mundial del Donante de Sangre.
El informe ‘Suministro de sangre para transfusiones en los países de Latinoamérica y del Caribe’ muestra que si bien el porcentaje de donantes voluntarios de sangre ha crecido entre 2013 y 2015 en la región, al pasar del 38,53 por ciento al 44,17 por ciento, todavía está lejos de alcanzar el 100 por ciento recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para garantizar un suministro de sangre suficiente y seguro para transfusiones.
“Todas las personas tienen derecho a esperar que la sangre que requieran esté disponible cuando se necesite. Desafortunadamente, muchos todavía sufren innecesariamente o incluso mueren porque no tienen acceso a una transfusión sanguínea segura y oportuna”, afirmó la directora de la OPS, Carissa F. Etienne.
La campaña de este año se centra en la donación en las emergencias, momento en que aumenta la demanda de transfusiones sanguíneas, así como en el interés de la población por ayudar. Por esto, el eslogan de este año es: ‘¿Qué puedes hacer? Donar sangre. Donar ahora. Donar a menudo’.
Para María Dolores Pérez Rosales, asesora de Servicios de Sangre y Trasplantes de la OPS, “necesitamos cambiar la cultura de una donación única y motivada por una urgencia a una cultura basada en la donación repetida y altruista. Solo así los bancos de sangre de los países de la región podrán alcanzar la autosuficiencia y garantizar que el acceso a la sangre para transfusiones sea universal”.
La OMS recuerda que “la sangre permite aumentar la esperanza y la calidad de vida de pacientes con enfermedades potencialmente mortales y llevar a cabo procedimientos médicos y quirúrgicos complejos. Asimismo, es fundamental para tratar a los heridos durante urgencias de todo tipo (desastres naturales, accidentes, conflictos armados, etc.) y cumple una función esencial en la atención materna y perinatal”.
En este sentido, la Cruz Roja explica que la sangre obtenida gracias a las donaciones se destina “al tratamiento de enfermedades que producen anemia, al tratamiento de cánceres, así como a intervenciones quirúrgicas, trasplantes de órganos y atención ante accidentes, hemorragias y quemaduras”.
Además, son un componente esencial de la atención médica de urgencia. “En las emergencias aumenta la demanda de transfusiones sanguíneas, que se hacen más difíciles y complejas. Un suministro adecuado de sangre durante las emergencias exige un servicio de transfusiones bien organizado, lo que solo puede garantizarse con la colaboración de toda la comunidad y con una población donante que se comprometa a hacer donaciones voluntarias no remuneradas a lo largo del año”, subraya la OMS.
Los especialistas de la Cruz Roja precisan que con 450 mililitros de sangre se pueden salvar hasta tres vidas, ya que, al llegar al centro de transfusión, la sangre se divide en tres componentes: hematíes (glóbulos rojos), plasma y plaquetas, los cuales se transfundirán a los enfermos en función de sus necesidades.
Las donaciones deben ser altruistas, sin que haya ningún beneficio para el donante. No obstante, el hecho de donar podría repercutir en favor de la salud de quien lo hace.
“La donación sanguínea podría beneficiar al donante en su nivel de azúcar, su tensión arterial y su nivel de lípidos. Podría ayudar a disminuir el riesgo de cáncer y de diabetes”, dice Albert Altés, hematólogo y presidente de la Asociación Española de Hemocromatosis.
SALUD
Con información de Efe