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Guía para cumplir propósitos saludables en el 2018
Guía para cumplir propósitos saludables en el 2018

“Se dice que si el propósito de hacer un cambio se mantiene durante 21 días, se empieza a modificar un hábito por otro”. Patricio Uribe Psicólogo especializado en salud integral.

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La clave es pensar en qué falla, qué necesita y qué está dispuesto a hacer.

La salud es lo más importante, reza la sentencia a modo de refrán maternal que suele olvidarse en gran parte del año y que, por alguna razón, tal vez por sentimiento de culpa, se atraviesa en la mente y en la garganta por estos días de fin de año cuando se piensa en el futuro cercano.

A eso hay que sumarle que diciembre no es precisamente un mes de mesura; más bien, es de muchos excesos: comida abundante y recargada de grasa, bebidas alcohólicas y un sinfín de actividades que desequilibran el cuerpo. Y por eso, el comienzo de enero es una oportunidad ideal para ponerse juiciosos, en todos los sentidos. O por lo menos esa es la intención.

El problema llega cuando esas promesas comienzan a ser una carga y pronto quedan en el olvido. Un estudio reciente del Departamento de Psicología de la Universidad de Scranton (Pensilvania, EE. UU.), que siguió el comportamiento de 200 personas durante dos años, confirmó que solo el 8 por ciento logró llevar a la realidad sus propósitos.

“Las personas suelen fallarse a sí mismas en estos objetivos –explica Patricio Uribe, psicólogo especializado en salud integral– porque los cambios profundos en la vida son procesos que no dependen de las fechas o de que se acabe o comience un año”.

Por eso, su primera recomendación es establecer en qué se está fallando, qué se necesita reparar y qué está dispuesto a hacer para cuidar de sí mismo. “Más que promesas insulsas, se deben empezar a dar pasos en concreto, pequeños, reales y prácticos”, sostiene.

Luego, en lo que los expertos llamarían ejecución, aconseja buscar espacios y tiempos adecuados para comenzar a cumplir los propósitos. No en la época de Año Nuevo o de vacaciones; por ejemplo, cuando la vida se agita y el cuerpo se nutre constantemente de sustancias que alimentan un coctel bioquímico. Más bien, hay que buscar momentos de tranquilidad y descanso verdadero para comenzar a adecuar el cuerpo.

Y en ese sentido, afirma que el adoptar o abandonar hábitos requiere de una serie de decisiones sostenidas en el tiempo. “Se dice que si el propósito de hacer un cambio se mantiene durante 21 días con acciones pequeñas diarias, se empieza a modificar un hábito por otro”, apunta.

Una de esas acciones puede ser revisar el entorno: “Uno se tiñe del color de la gente con la que uno anda. Es decir, los cambios internos no son solo consecuencia de una decisión personal, sino de la alteración de circunstancias relacionadas con hábitos nocivos, como las personas que nos rodean o atan a ciertas situaciones. Al afectar esos factores, se altera el resultado”. Y concluye, bajo esa premisa, que para alcanzar cualquier meta hay que vencer la presión social y ser fiel a uno mismo, “porque, finalmente, esa es la relación más importante que tenemos en nuestras vidas”.

Salud integral

Haga lo básico, así se lea como cantaleta. Realice los exámenes necesarios para, entre otros, conocer sus cifras de tensión arterial y de azúcar en la sangre. Finalmente, esa información vital es necesaria para cualquier coyuntura. De paso, si usted es hombre y supera los 50 años, practíquese el examen de la próstata, y si es señora, recuerde que las citologías se deben hacen de forma regular. No olvide que al médico y al odontólogo hay que visitarlos una vez al año.

Practicar ejercicio

Juan Cubaque, ‘coach’ deportivo colombiano con 28 años de experiencia, dice que hacer más ejercicio es uno de los propósitos favoritos de los colombianos. Pero esa promesa se queda en buenas intenciones y en meses de gimnasio pagados por adelantado que nunca se usan por la falta de compromiso y determinación. En su concepto, la mejor forma para que las personas puedan adaptarse a un régimen deportivo es identificar con qué se sienten cómodas: si en un gimnasio tradicional, en rutinas específicas o en ciertas disciplinas o deportes que les llamen la atención. Si no hay una elección en ese campo, la opción ideal siempre es empezar a caminar y luego a trotar, lo más práctico, barato y básico. Cubaque alerta que para las personas que apenas se acercan al mundo deportivo lo recomendado es comenzar con rutinas de 15 o 20 minutos diarios, al ritmo propio y sin afanes. Ese tiempo puede evidenciar cambios en el cuerpo y es una forma de enganchar a las personas al deporte.

Dejar de fumar o tomar

El psicólogo Patricio Uribe asegura que para abandonar estos hábitos nocivos de forma definitiva es necesario, en primer lugar, llevar a cabo una desintoxicación paulatina que ayude a eliminar toxinas acumuladas, oxigenar las células y el cerebro y resetear químicamente el sistema. Se logra a través de una dieta sencilla, baja en condimentos y rica en fibras, cítricos, zumos de frutas, verduras, ensaladas y vegetales cocidos. Sudar e hidratarse también es importante. Esos cambios pueden ser el comienzo de un proceso que conlleva una inmersión total y puede resultar en una modificación del comportamiento. Pero hay alternativas que pueden servir como un primer paso, menos drástico, si se quiere. Una es reducir poco a poco, inhalación a inhalación y sorbo a sorbo la adicción por ciertas sustancias. En el tabaquismo, por ejemplo, hay alternativas que reducen la cantidad de toxinas que se consumen con el cigarrillo normal, aunque mantienen la nicotina adictiva.

Controlar el peso

Más de la mitad de los colombianos tienen sobrepeso, según demostró la Ensin 2015. María Magdalena López Forero, nutricionista de la Universidad Javeriana, aborda el tema con una aclaración primordial. No hay que hacer de los kilos de más un drama innecesario. Y aclara: “No es que no debamos preocuparnos, sino que hay que hacerlo con conocimiento de causa. Preocuparnos en exceso puede llevar a la gente a cometer locuras como dietas extremas, que en lo único que desembocan es en problemas mayores”. Lo que sí se puede hacer es reemplazar poco a poco los alimentos que incluyen grasas y evitar los fritos a toda costa. Y, asimismo, los azúcares contenidos en gaseosas, postres y dulces, por más difícil que parezca. “Hay que reducir su consumo y no suprimirlo de forma súbita”, dice. Y como no se trata simplemente de arrancarlos del menú, también se pueden mantener algunos de estos alimentos cambiando su método de cocción por preparaciones a la parrilla o al vapor. También se puede sustituir el pan por el maíz, los jugos por el agua o las carnes rojas por las blancas. No sobra decir en este apartado que la recomendación universal es incluir cinco porciones de frutas y verduras enteras en el día.

Ronny Suárez
Twitter: @RonnySuarez_

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