Después de haber matado a 1.676 personas en un año, en un brote declarado en agosto de 2018 en la República Democrática del Congo (RDC), el mortal virus del Ébola vuelve a salirse de control. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró este miércoles la “emergencia sanitaria de interés internacional” con miras a frenar su avance.
La decisión fue tomada por recomendación del comité de emergencias de la OMS, después de confirmar la primera víctima por fuera del cerco donde están concentrados los casos (región de Ituri), específicamente en Goma, capital de la provincia de Kivu Norte, que está a menos de 20 kilómetros de la frontera con Ruanda.
La OMS explicó que esta declaratoria es poco común y se reserva “solo para eventos serios que ponen en peligro la salud pública internacional en medio de una situación grave, inusual o inesperada más allá de las fronteras de un Estado afectado y que puede requerir de acciones internacionales inmediatas”.
Lo que busca el organismo multilateral es reforzar medidas para controlar el riesgo, orientar recursos y esfuerzos internacionales y realizar acciones específicas sobre el tránsito de personas o de viajeros a las zonas comprometidas, de acuerdo con la gravedad de la amenaza, que en el caso del ébola mata a nueve de cada 10 infectados.
El actual brote en este país de 82 millones de habitantes fue declarado el 1.° de agosto pasado y es considerado, por sus características, el más letal en la historia de esa nación y el segundo en el mundo, tras las epidemia del 2014.
El virus ya ha causado la muerte de 1.676 personas y hay reportes de 2.512 casos de contagiados (ver gráficos). Entre los infectados ha habido 136 trabajadores sanitarios, de los cuales 40 ya fallecieron.
El ébola es una enfermedad viral severa que se caracteriza por fiebre repentina, debilidad intensa y dolor muscular, de cabeza y de garganta, síntomas a los que siguen diarreas, erupciones cutáneas y alteraciones de las funciones renales y hepáticas, además de hemorragias internas y externas que en conjunto pueden llevar a la muerte.
Esta enfermedad no tiene cura y contra el virus no hay una vacuna aprobada, aunque hay algunas que se aplican de manera experimental.
El virus se contagia a través del contacto directo con fluidos corporales de personas infectadas con la enfermedad o que hayan muerto por la enfermedad. Los trabajadores de los equipos de salud y los familiares de los enfermos son los que están en mayor riesgo.
Una decisión como la tomada este miércoles por la OMS solo se había adoptado en cuatro ocasiones: con el brote de la gripe H1N1 o gripe porcina, en 2009; la propagación del virus de polio en 2014; la anterior epidemia de ébola, que afectó a gran parte de África occidental (Liberia, Guinea y Sierra Leona, en particular) entre 2014 y 2016; y el gran empuje del virus Zika, también en 2016.
En este caso en particular, aunque la OMS no recomienda el cierre de fronteras –teniendo en cuenta el alto nivel de desplazamiento en la región– o comercio con la RDC, la emergencia sanitaria internacional se emite para evitar complicaciones sobre la economía que puedan empeorar la situación generada por un conflicto armado que sufre este país de África central.
Y si bien el Ministerio de Salud de Colombia considera que el ébola representa un riesgo bajo para el país, esta entidad informó que desde junio pasado se viene analizando la situación y que se activó un plan para mantener la vigilancia y definir las estrategias en el caso de que se presente o se sospeche de alguna persona contagiada. Dicho plan también contempla la revisión de viajeros y filtros para personas que vienen de áreas cercanas a la epidemia.
Y aunque es la décima epidemia de Ébola en el Congo en 40 años, este brote tiene signos catastróficos en razón a que la zona está inmersa en un conflicto interno que ha imposibilitado los esfuerzos sanitarios. Hace tres semanas, los centros de tratamiento establecidos en Katawa y Butembo fueron atacados e incendiados, lo que llevó a suspender las labores de atención y tuvieron que salir decenas de trabajadores de la salud. Se sabe que solo en febrero pasado se produjeron más de 30 ataques a empleados que combaten el virus.
“Actualmente, la mitad de las muertes se han producido fuera de los centros médicos y en las últimas semanas el 43 por ciento de los casos nuevos se infectaron sin que se haya podido identificar el lugar de contagio”, dijo el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien aclaró que se trata de una emergencia de carácter regional que no representa una amenaza para el mundo.
Al panorama narrado por Ghebreyesus se suma el silencio que las autoridades sanitarias en el mundo han demostrado por temor de enviar equipos y ayuda a la zona, lo que incrementa la posibilidad de que se recrudezca el problema, señaló un vocero de Médicos Sin Fronteras.
Esto sin contar la escasez de recursos, que es habitual en zonas como estas, la misma que llevó a la OMS a solicitar a sus países miembros cerca de 150 millones de dólares para las acciones en los próximos seis meses. En la última epidemia de África occidental el costo de atender la emergencia fue de 53.000 millones de dólares.
Este virus, que debe su nombre al sitio donde se descubrió en 1976, la ribera del río Ébola, en el antiguo Zaire, ataca las células de los tejidos de soporte de todos los órganos del cuerpo y los lleva a un deterioro progresivo.
Eso puede pasar hasta 21 días después de incubado el virus, que ingresa al cuerpo por contacto con un infectado.
Aún no tiene cura específica y el tratamiento se basa en medidas de soporte. Hasta el 2014 se habían ensayado algunas vacunas sin éxito; sin embargo, un par de ellas demostraron ser más efectivas.
Entre ellas, la rVSB-Zebov, que fue eficaz en personas no infectadas y que habían estado en contacto con el virus. Dicho biológico, a pesar de ser experimental, fue aprobado por el Gobierno de la RDC para ser aplicado y tratar el brote actual.
La declaración de la emergencia sanitaria internacional no sorprendió a las autoridades sanitarias colombianas. De hecho, ante la sospecha de que esta decisión se podría comunicar en cualquier momento, desde el pasado 20 de junio se viene analizando la situación.
El Ministerio de Salud, en conjunto con el Instituto Nacional de Salud, ha hecho un seguimiento del riesgo potencial en el país.
Según el viceministro de Salud Pública, Iván Darío González, se considera que a pesar de que el ébola hoy representa un riesgo bajo para Colombia, se reactivó el plan de respuesta sectorial que se tiene para estos casos, con base en las recomendaciones de la OMS.
“Aunque el riesgo es muy bajo, el país tiene que estar preparado ante una amenaza de carácter global como el ébola”, le dijo a EL TIEMPO el viceministro.
El plan, explicó el funcionario, permite mantener una vigilancia constante y definir estrategias desde el punto de vista epidemiológico en caso de que se presente o se sospeche.
González manifiesta que frente a procesos migratorios y las condiciones del virus, hubo necesidad de actualizar el plan de contingencia, el cual contiene 26 procedimientos específicos, como la revisión de viajeros y filtros para personas que vienen de áreas cercanas a la epidemia, la revisión de oficio a pasajeros o personas con fiebre, la atención inmediata en los puntos de ingreso, análisis de laboratorio y el traslado con la protección rigurosa a hospitales preparados.
Todo esto, apunta el viceministro, dentro del marco de protocolos muy claros de limpieza, desinfección y esterilización, puntos de contacto del paciente, vehículos, sitios de atención, manejo de residuos e, incluso, disposición de cadáveres en caso de que se reporten muertes por el virus.
De hecho, este diario conoció que hace pocos días se hicieron en Bogotá simulacros en conjunto con la Secretaría de Salud de Bogotá.
CARLOS FRANCISCO FERNÁNDEZ Y RONNY SUÁREZ
Redacción Salud@SaludET