En los primeros seis meses de 2023, los usuarios de Famisanar radicaron un total de 59.391 peticiones, quejas, reclamos y denuncias ante la Superintendencia Nacional de Salud. Esa fue una de las razones que llevaron a la Supersalud a ordenar la semana pasada una intervención forzosa para administrar a la EPS.
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Famisanar, que atiende a 3’049.712 usuarios en 21 departamentos y es la sexta más grande del país, atraviesa desde hace años una grave crisis financiera que ha llevado a la Superintendencia a intervenirla para evitar que la entidad termine siendo liquidada, como ya ha sucedido con otras EPS.

Dado que Famisanar no está en proceso de liquidación, seguirá prestando sus servicios con normalidad.
Foto: César Melgarejo/ El Tiempo
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“Entre diciembre de 2021 y junio de 2023, Famisanar presentó una reducción del 4 por ciento en el valor de los activos (-44.123 millones de pesos), un aumento del 142 por ciento del valor de sus pasivos (1’296.597 millones de pesos) y una variación patrimonial de -918 por ciento (-1’340.720 millones de pesos). De modo que, a junio de 2023, sus activos totales (1’010.484 millones de pesos) equivalían a solo el 45,7 por ciento de sus pasivos totales (2’209.623 millones de pesos), una situación que ha elevado el riesgo de liquidez e insolvencia para atender las obligaciones con acreedores en el corto, mediano y largo plazo”, señaló la Superintendencia.
Ahora la Supersalud tomará control administrativo para que la EPS logre solucionar sus problemas y, si lo consigue, podrá seguir operando de manera independiente. Eso, mientras se siguen prestando los servicios con normalidad.
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Según explicó Famisanar a EL TIEMPO, por ahora su operación administrativa continúa como está y la decisión de la Supersalud los ayudará a “fortalecer su capacidad de gestión, con la finalidad de continuar ofreciendo servicios en salud de alta calidad y beneficios a los usuarios”. Si la EPS no logra recuperarse, en el futuro podrían tomarse nuevas decisiones.
Lo cierto es que el caso de Famisanar es la punta del iceberg de una crisis que desde hace varios años presiona el funcionamiento de estas empresas y que en su mayoría tiene que ver con temas financieros.
¿Crisis multifactorial?
Famisanar es una de las siete EPS (de las 29 en total) que hoy cuentan con algún tipo de intervención por parte de la Supersalud. Y, si bien la entidad no puede revelar si en el futuro se tomarán acciones ante otras organizaciones, lo cierto es que desde hace varias semanas Acemi, el gremio de las EPS del régimen contributivo, insiste en que, por una Unidad de Pago por Capitación (UPC) mal calculada, las deudas sin reconocer o sin pagar por parte del Gobierno y el aumento en el consumo de salud han puesto a algunas EPS contra la espada y la pared.
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Esa realidad, en la que han insistido EPS como Sanitas, Nueva EPS y Sura, llevaron a que el Ministerio de Salud decidiera hace algunos días organizar mesas técnicas buscando darles solución a los problemas financieros que aquejan a las empresas encargadas de funcionar como intermediarios en el acceso al derecho a la salud de los colombianos.

Factores que llevaron a la intervención de Famisanar.
CEET
De hecho, ayer, en la Comisión Primera del Senado, Ana María Vesga, presidenta de Acemi, reconoció la buena disposición del Gobierno para intentar darle una respuesta a la crisis multifactorial que atraviesan, sin embargo, resaltó que mientras no se tomen medidas el problema se sigue incrementando.
“La realidad es que las EPS, con una UPC insuficiente y con un problema de caja y de liquidez, lo que tienen es una situación hiperestresada que nos lleva a situaciones como la que vivimos con la intervención de Famisanar, y ojalá no vengan más”, resaltó Vesga.
Una posición similar tiene Augusto Galán, director de Así Vamos en Salud. Para él, aunque desde el observatorio ven con buenos ojos la intervención, porque ayuda a que Famisanar se estabilice, de fondo es un síntoma de la problemática que el sistema entero está padeciendo.
“Esta intervención es una evidencia de la desfinanciación sobre el sistema de salud. Hay que preguntarse desde cuándo Famisanar tiene dificultades que llevan al punto en el cual se define una intervención como esta. Indirectamente esto puede evidenciar una circunstancia más inquietante de todo el sistema de salud, con respecto a la sostenibilidad financiera y a la capacidad que tiene el sistema”, dice el experto.
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Galán enfatizó en que, si bien el tema financiero es la columna vertebral de la mayoría de problemas que afrontan las EPS, cada entidad se enfrenta a esa realidad de manera distinta; por ejemplo, hay unas que tienen usuarios con mayor carga de la enfermedad y eso las puede afectar más fácilmente. “Cada EPS vive sus realidades dependiendo del perfil demográfico que la compone y del perfil epidemiológico que confronta en esa gestión integral del riesgo en salud. Eso hay que tenerlo en cuenta”, resalta.
Por su parte, Francisco Castellanos, director de la Organización para la Defensa del Paciente, manifiesta que se debe buscar una solución al problema para evitar que los usuarios tengan que enfrentarse a una liquidación forzosa y sean trasladados a otra entidad, lo que impacta la obtención del derecho a la salud.
“Hacemos un llamado vehemente a la Superintendencia de Salud para que desde las acciones que se adelanten tras la toma de la medida contra Famisanar obliguen a la EPS a garantizar la prestación de los servicios a miles de pacientes, sobre todo a los que conviven con enfermedades crónicas, como las cardiovasculares, cáncer y otras que requieren tratamiento continuo”, dijo el experto.
Para él es grave que no se haya dado un pago oportuno a proveedores, clínicas y hospitales por parte de Famisanar, lo que afecta a los más de tres millones de afiliados. “Esperamos que la toma de posesión sea una medida eficaz y que la Supersalud no tenga que ordenar la liquidación forzosa de la entidad”, agregó Castellanos.
EDWIN CAICEDO | UNIDAD DE SALUD
@CAICEDOUCROS | @SALUDET
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