Con seis muertes registradas y al menos 12 de los cerca de 300 pacientes contagiados confirmados en estado crítico, un nuevo virus, de momento apodado '2019-nCoV' o de Wuhan, tiene en máxima alerta a las autoridades sanitarias. No es para menos, pues fuera de China ya se confirmaron al menos dos casos de pacientes contagiados en Tailandia, uno en Japón, otro en Corea del Sur, uno más en Taiwán y, tal como se conoció el martes, un hombre en Estados Unidos, primera notificación en América.
Ahora se teme que el virus se propague rápidamente durante las vacaciones del año nuevo lunar, por las que se prevén millones de desplazamientos.
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Lo que se sabe, a grandes rasgos, es que el virus pertenece a una cepa desconocida hasta ahora de coronavirus, una familia de patógenos que abarca desde resfriados comunes hasta el síndrome respiratorio agudo severo (Sars), que mató a 349 personas en China continental y a 299 en Hong Kong en 2002 y 2003.
Los coronavirus son un género de virus ARN, es decir que tienen como estructura el ácido ribonucleico. Su nombre deriva de la apariencia que bajo el microscopio asemeja una corona de estructuras redondeadas, formada por proyecciones de proteínas que salen de la superficie y le dan una capacidad especial (eléctrica) para adherirse a las células del huésped, por lo general una especie animal.

Ilustración de un coronavirus en la que se destacan sus proyecciones de proteínas que sirven para adherirse a las células.
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Se han clasificado coronavirus caninos, felinos, en aves, en ratas, cerdos, becerros, murciélagos, camellos y, obviamente, humanos, entre los cuales sobresalen el Mers-CoV, identificado por primera vez en Arabia Saudita en el 2012 y que causa el síndrome respiratorio de Medio Oriente, y el Sars-CoV, registrado en el 2003 en los países del Sudeste Asiático y responsable del síndrome respiratorio agudo grave.
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Los investigadores chinos lograron identificar que el causante del nuevo brote infeccioso en humanos era un virus de esta familia del coronavirus que no correspondía a los identificados hasta ahora en humanos, por lo que se considera que es un nuevo tipo que ha migrado por mutación desde una especie animal (aún no determinada) hacia algunos habitantes de la región de Wuhan, en cuyos organismos se ha adaptado para poder multiplicarse. Esto configura un nuevo tipo de infección.
¿Cómo actúa en un ser humano?Una vez ha logrado adaptarse a un huésped humano, el virus se pega a sus células, pierde su envoltura, inyecta su ARN, que actúa como un mensajero para ordenarle al núcleo que lo multiplique. Esto quiere decir que dentro de la célula se fabrican réplicas del virus que terminan por romper la estructura que los albergaba y salir al ambiente a afectar nuevas células de manera exponencial.
En este proceso de afectación y ruptura de células, el humano está infectado y los tejidos donde esto ocurre dejan de cumplir su función, que en el caso del nuevo coronavirus sería el sistema respiratorio. Por esta razón, los expertos hablan de una nueva neumonía. Todo esto ocurre, valga decir, de manera rápida, con el agravante de que el cuerpo no tiene herramientas para defenderse por tratarse de una entidad con la cual nunca había tenido contacto.
Ocurrido este fenómeno, en las vías respiratorias quedan muchos virus sueltos que mezclados con los productos de las reacciones que ocasiona su presencia (moco, sangre y otras secreciones) fácilmente pueden ser expulsados a través de la tos, el estornudo, la saliva o con el contacto de superficies de uso común en las cuales puede quedar adherido. En esas condiciones, al llegar a otra persona, reinicia este ciclo de manera infinita.
Por tratarse de una entidad nueva, como ya se dijo, el organismo humano carece de una respuesta inmunológica para contenerlo. Mientras esta se elabora, el virus avanza, y quienes tengan bajas defensas, atraviesen por enfermedades crónicas, sean niños pequeños o adultos muy mayores pueden ser presas fáciles de la expansión viral.
Según explica Carlos Álvarez, expresidente de la Asociación Colombiana de Infectología, al carecer de defensas específicas y de elementos de identificación para contrarrestar su presencia, en muchas personas puede traducirse en afectaciones severas como neumonías graves.
De ahí que las autoridades sanitarias y los científicos lo primero que hacen es identificar las características específicas del virus (conocer su estructura y forma de actuar) para elaborar pruebas diagnósticas y además acelerar la producción de una vacuna. Literalmente se trata de una carrera contra el tiempo.
Otro agravante es que como el virus no necesita de un vector (mosquito, por ejemplo) para transmitirse, sino de un contacto directo, puede pasar fácilmente de un continente a otro en un mundo globalizado, lo que hoy tiene a la Organización Mundial de la Salud (OMS)pensando si se debe declarar una “emergencia de salud pública de alcance internacional”, como hizo hace poco con el ébola.
La OMS ha aconsejado a las personas incrementar las medidas de protección contra este tipo de virus, como son el lavado exhaustivo de las manos, cubrirse la nariz cuando estornudan, incentivar las medidas de higiene en la cocina, lo que incluye la preparación y la cocción completa de alimentos de origen animal, y evitar el contacto cercano con animales silvestres o de granja. También es muy importante que en las zonas donde se da la presencia del virus se consulte ante cualquier síntoma.
Estas medidas rigen especialmente para las personas que viajan a China. Es claro decir que en cuanto las autoridades mundiales no cierren fronteras no se puede recomendar que no se vaya a lugares donde se ha encontrado el virus.

En los aeropuertos asiáticos se evalúa la temperatura de las personas para identificar si padecen síntomas de virus respiratorios.
EFE
Varios países de Asia han reforzado los controles ante la propagación del nuevo virus. De Bangkok a Hong Kong, pasando por Singapur o Sídney, las autoridades proceden a controles sistemáticos a la llegada de vuelos procedentes de las zonas de riesgo.
Las autoridades tailandesas han colocado en los aeropuertos de Bangkok, Chiang Mai, Phuket y Krabi, sensores térmicos para detectar pasajeros con fiebre procedentes de zonas chinas de riesgo. En un comunicado, el ministro tailandés de Salud, Anutin Charnvirakul, anunció que estos pasajeros son controlados "sin excepción" y colocados en observación en cuarentena durante 24 horas si presentan temperatura corporal anormal.
Este martes, no obstante los controles, se confirmó el primer paciente en Estados Unidos, en el estado de Washington. Se trata de un hombre de unos 30 años que viajó hace poco a China.
Luego de confirmarse este lunes que sí puede transmitirse entre humanos, las autoridades tratan de dilucidar otros misterios sobre este virus. Entre ellos, de qué animal vino la infección original, así como otros detalles de su estructura que permitan pensar en una vacuna e incluso qué tan rápido se da la transmisión.
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