Europa vuelve a ser el centro de atención en términos de la pandemia por covid-19, en razón al incremento de casos positivos que se ha visto en las últimas semanas y que ha posicionado, por ahora, a España y Francia como los más afectados.
No en vano, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido enfática en pronosticar segundas olas para este continente, por lo cual ha pedido a los gobiernos coherencia regional y “acciones coordinadas contra la situación muy seria ante nuevos picos de la pandemia en estos países”.
En las últimas dos semanas, la agencia ha alertado que más de la mitad de los Estados europeos registraron un incremento superior al 10 por ciento en sus casos e incluso en siete de ellos se duplicaron. Estos se suman a los cerca de dos millones de casos de las estadísticas mundiales de coronavirus, en una condición que se esperaba no fuera aumentada por regiones que en el imaginario ya habían pasado lo peor de esta emergencia.
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Aunque muchos epidemiólogos son reacios a llamar a este aumento de casos como una segunda ola, argumentando que es demasiado pronto para sacar conclusiones, también hay que dejar claro que en algunos lugares europeos el aumento de las cifras se atribuye también a más pruebas y a la detección de casos asintomáticos que en la primera fase de la pandemia fueron desconocidos.
Sin embargo, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) indica que hay países que se enfrentan a “nuevos brotes graves”, como Bélgica, que en los últimos días ha tenido un aumento drástico de personas que ingresan a cuidados intensivos con formas graves de covid-19. Esto, según la misma agencia, cambia el concepto de mejor preparación y rastreo, en razón a que parecen estar afectándose personas susceptibles de enfermar gravemente que no lo habían hecho en las primeras etapas.
En Francia, por ejemplo, de acuerdo con la misma agencia, las medidas radicales rompieron con la cadena de transmisión limitando la circulación del virus. Sin embargo, con la llegada del verano y la salida de la gente a las calles, el número de casos positivos y muertes volvieron a aumentar desde mediados de julio.
De hecho, este indicador se multiplicó por dos en la última semana con el agravante de que también subieron los casos entre personas de edad avanzada al igual que los llamados conglomerados, lo que motivó a que las autoridades sanitarias alertaran el viernes que “por primera vez desde que se puso punto final al confinamiento (a finales de mayo) hay un aumento de las muertes por covid-19”.
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Y aunque en ese país algunos consideran que no tiene sentido comparar los números actuales con los de marzo, porque en aquel momento solo se examinaban pacientes con síntomas severos, lo cierto es que el número de casos que se registran últimamente de manera real es más elevado que el número de pruebas realizadas, lo que configura una subestimación de la pandemia, según la OMS.
En el Reino Unido, por otro lado, muchas zonas siguen sometidas a restricciones para contener el coronavirus. De hecho, por el aumento de casos y brotes, la flexibilización de las medidas se ha pospuesto y, por primera vez, el Gobierno obligó el uso de tapabocas aun en espacios cerrados.
Hace unas semanas, Chris Whitty, director médico del Gobierno inglés, advirtió que el país alcanzó los límites de lo que se puede hacer frente al coronavirus y que no está claro que el número efectivo de reproducción esté por debajo del necesario para considerar que la pandemia está bajo control.
España, por su parte, ha visto desde julio cómo la epidemia vuelve a expandirse a una velocidad inesperada hasta convertirse hoy en el país de la Unión Europea con más casos en proporción con su población.
Vale aclarar que si bien aumentaron los casos, las tasas de mortalidad son bajas, por eso, algunos epidemiólogos dicen que no es posible comparar la situación de marzo y abril con la de ahora, puesto que se ampliaron los criterios de pruebas que permiten detectar asintomáticos que desarrollan formas benignas de covid-19.
También tranquiliza el hecho de que el coronavirus es relativamente estable y no está acumulando mutaciones que afecten su virulencia, como pasó en las segundas olas de otras epidemias.
Eso sí, al ser un virus frente al cual hay incertidumbre sobre la inmunidad que deja, es difícil hasta ahora pensar en el 60 por ciento necesario para obtener defensas de rebaño, lo que podría favorecer la aparición de segundas olas. Y en ese sentido, no se puede descartar que los brotes que están apareciendo en Europa puedan descontrolarse y causar problemas mayores, de ahí que la OMS insista en la necesidad de reforzar medidas de control de manera colectiva entre todos los países.
- La Comisión Lancet Covid-19 dio a conocer un primer informe en el que destaca que la pandemia agudizó problemas en el planeta, que urge abordar. Menciona que las inequidades en salud se incrementaron por cuenta de la emergencia, y proyecta un exceso de muertes por causas distintas a covid-19. El informe calcula que en los próximos cinco años habrá 1,2 millones de fallecimientos más por tuberculosis, y que este año ocurrirán 673.000 muertes más de las esperadas por VIH en África y 1,2 millones más de decesos de niños menores de 5 años.
- Señala, además, que el 90 por ciento de los países entraron en recesión económica y que en el segundo trimestre del año se perdió el equivalente a 300 millones de trabajos de tiempo completo.
- El informe propone soluciones alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el acuerdo climático de París, con enfoque de género y multilateralidad, que empiezan por fortalecer la salud pública.
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