Festejar, brindar y comer son tres de las actividades más comunes por estos días de celebraciones con la familia y con los amigos. La Nochebuena, la Navidad y el fin de año hacen que nuestras agendas queden a tope y que nuestro organismo termine saturado.
Los excesos en comida y licor, e incluso el corre corre de las fechas, desencadenan malestares como el guayabo, la indigestión, la intoxicación, las quemaduras y las típicas metidas de pata. Lo ideal es evitar llegar a esos extremos. Siga estas recomendaciones para conocer cómo tratar estas situaciones y, así, disfrutar al máximo de estas fiestas.
1. El guayaboEl principal mal que aqueja después de las fiestas es el guayabo, una sensación producida por la ingesta excesiva de alcohol. La recomendación, si quiere evitar la resaca y no perderse ninguna celebración por el intenso dolor de cabeza, es beber con moderación.
Claro, decirlo es fácil, pero evitarlo, para algunos, no es tarea sencilla.
La recomendación es beba lentamente: su cuerpo elimina treinta centímetros cúbicos de alcohol por hora. Una buena estrategia es darle a su cuerpo un espacio prudente entre un trago y otro. También es clave comer mientras bebe licor, los alimentos ayudan a retrasar el paso del alcohol a la sangre.
Pero si se pasó de copas, los expertos recomiendan tomar mucho líquido, especialmente aquellos hechos con frutas, para que el azúcar presente en estos alimentos ayude a eliminar el alcohol de su cuerpo. Un buen consomé ayuda a recargar el sodio y el potasio que se pierden por efecto del alcohol. Descanse y no realice actividades físicas fuertes.
2. IntoxicaciónTenga mucho cuidado con los alimentos en descomposición durante esta temporada. La probabilidad de que se intoxique puede aumentar si no tiene certeza de la procedencia de las diferentes comidas y tragos que abundan.
Algunos síntomas de este mal son la diarrea y el vómito. Para tratarlos, lo primero que debe tener en cuenta es no automedicarse, sino, por el contrario, acudir a su médico lo más pronto posible.
Tomar mucha agua es recomendable, ya que esto previene la deshidratación. Evite consumir lácteos, fríjoles, repollo, coliflor, ciruelas, maíz, bebidas con gas y café.
Y por más difícil que resulte, absténgase de las delicias decembrinas mientras se mejora, e introduzca una dieta de consomés y caldos bajos en grasa.
3. QuemadurasSi tiene pensado pasar sus vacaciones en un lugar soleado, debe tener en cuenta que las quemaduras por el sol también deben prevenirse y tratarse.
Si su piel llega a ponerse roja, caliente y con dolor (quemaduras comunes), puede tratarlas en su casa con paños de agua fría, cremas hidratantes y analgésicos para aliviar la insolación.
Si la quemadura por el sol ocasiona ampollas, fiebre, escalofríos o dolor de cabeza, debe tener cuidado y acercarse a un centro médico. Tenga en cuenta que la insolación también puede causar deshidratación en el afectado.
4. IndigestiónLas comidas en diciembre suelen ser abundantes, variadas y deliciosas. Y como algunos se dejan llevar por el refrán de “una vez al año no hace daño”, en esta época se suele comer más de la cuenta, lo cual puede desencadenar en una incómoda molestia en el abdomen, junto a sensaciones de llenura y náuseas.
En esencia esto ocurre por comer en exceso y muy rápido alimentos grasosos, condimentados y picantes que están fuera de nuestra alimentación diaria, lo que usualmente ocurre en la temporada navideña. Primero, es importante recordar que la digestión tiene unos tiempos establecidos. Por eso no se exagere y mastique muy bien para que su organismo pueda procesar los componentes alimenticios.
En el mercado existen gran cantidad de medicamentos para tratar este mal tan común. Sin embargo, no se automedique, los expertos recomiendan tomar agua de anís o agua de canela para aliviar estos síntomas.
5. Metidas de pataNo hay que olvidar que el alcohol cumple con su función. Al ser un depresor del sistema nervioso central, produce cierta euforia que puede deslizarse hacia embarradas de las cuales después se puede arrepentir.
Claro, si usted continúa bebiendo puede llegar a perder la consciencia y actuar por fuera de las reglas. Si se tratara solo de pagar la cuenta de todos, no habría problema. Lo grave es cuando se pierde la razón, se genera violencia, se conduce en ese estado o, incluso, puede llegar a agredir a las personas de manera directa o sentirse el dueño del mundo y hacer actos que contravienen todo tipo de respeto.
Tenga presente que en el momento en que realiza todos esos actos, usted es consciente. Lo que ocurre es que al otro día, en medio del guayabo no se acuerda de ellos. Esto no lo exime de la responsabilidad y, lo que es peor, de tener que responder por cosas que usted, sin esos tragos, jamás hubiera hecho.
REDACCIÓN SALUD
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