¿Alguna vez ha escuchado a un joven que habla como si tuviera 50 y no 20 o 30 años? o por el contrario, ¿ha hablado con un adulto mayor que pareciera que es un muchacho atrapado en un cuerpo más viejo?
Esta semana EL TIEMPO y la Universidad Manuela Beltrán (UMB) lo invitan a saber si su edad mental corresponde a su edad cronológica en #ElRetoET. ¿Será usted más viejo mentalmente de lo que cree?
Para responder este reto, es importante saber qué significa la edad mental y la edad cronológica. Juan Camilo Urazán, neuropsicólogo y director del programa de Psicología de la UMB, asegura que “la edad mental corresponde a la manera en que las personas se comportan, actúan, hablan, se expresan y demás en razón a su edad cronológica”. Vale apuntar que la edad cronológica corresponde a sus años reales.
Sin embargo, no siempre estas dos edades corresponden, aunque deberían estar en relación.
La edad mental “debe expresarse según el grado de madurez de su cerebro. Por ejemplo, el comportamiento pueril y/o infantil (o sin conciencia de las responsabilidades) habla de una poca maduración de las áreas prefrontales en el cerebro. En el caso de las personas adultas, esta inmadurez se expresa en comportamientos impulsivos, agresivos y desmedidos donde se puede encontrar falta de responsabilidad. Y esto se correlaciona con una diferencia entre la edad mental y la edad cronológica”.
Sin embargo, para identificar la edad mental no basta con hacer un solo test. “Se necesita una evaluación completa del individuo y un análisis juicioso de las particularidades de las personas, por tanto, esto no se trata simplemente de una lista de chequeo, ya que es necesaria la evaluación de un profesional y el uso correcto de protocolos y el análisis de los mismos en razón de la individualidad y la singularidad de cada paciente o individuo”, advierte Urazán.
Por tanto, las preguntas que respondió anteriormente son solo una guía. Usted debe asesorarse con un profesional para que le hagan un análisis riguroso.
Pero, si usted identifica que presenta comportamientos diferenciales a los de su edad cronológica, o ha restringido sus núcleos sociales, sus actividades de ocio, su actividad física o nota que su habilidad cognitiva se vuelve más lenta, y solo tiene 30 años, esté alerta. Puede presentar una diferencia entre la edad mental y cronológica, según explica el psicólogo Urazán.
El Programa de Psicología de esta universidad está desarrollando un estudio donde evalúan a más de 400 adultos y adultos mayores residentes de Bogotá. A través de una batería neuropsicológica, que es una serie de test que analizan el comportamiento y cognición de los sujetos para saber cuál es la correspondencia entre la edad mental y la edad cronológica.
Además, el interés de la investigación también radica en entender cómo las nuevas dinámicas de vida y trabajo, el uso de nuevas tecnologías y los cambios alimentarios influyen en la persona y su forma de envejecer.
“La investigación nos ha permitido evidenciar que el 80% de los participantes está presentando un envejecimiento patológico o lo que podríamos llamar un envejecimiento prematuro", asegura Urazán. Y agrega que "no existe concordancia con los comportamientos evaluados y los resultados en términos de su cognición. De hecho, parecen los de una persona entre 5 a 10 años mayor a la edad de los evaluados”.
Hay algunos factores para el aceleramiento del envejecimiento prematuro. “Destaca el estado civil, mostrando mucho más vulnerables a aquellas personas solteras o sin una pareja estable", apunta el experto. También destaca otros comportamientos de riesgo como la monotonía: "rutinas en el vestir, rutas de tránsito, alimentación, entre otras conductas, los hace más vulnerables".
Y la poca actividad sexual también pasa su cuenta de cobro. "Ellos tienden a presentar un envejecimiento más precoz y la explicación radica en la actividad cerebral y el flujo de neurotransmisores que implica el coito o el acto de satisfacción del deseo sexual”, explica el director del programa de Psicología.
Al ser un fenómeno con múltiples causas, los investigadores no descartan factores como las condiciones habitacionales, el grado de escolaridad y la forma en que se afrontan las emociones. Contemplan, además, que las nuevas tecnologías estén volviendo al cerebro algo ‘perezoso’.
De acuerdo con Urazán, este estudio se enmarca en una preocupación global por el incremento de la población adulta y de un envejecimiento patológico.
Por ejemplo, la Duke University de Estados Unidos avanza en una investigación similar. Según un estudio publicado en la Revista PNAS, comparar ambos tipos de edades haría posible prevenir o contrarrestar los efectos del envejecimiento antes de que cause enfermedades como el Alzheimer, la depresión y trastornos de la personalidad.
LUISA MERCADO
Twitter: @LuisaMercadoD
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