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Salud

Usted puede poner el inconsciente a trabajar a su favor

Ilustración Alejandro Giraldo

Ilustración Alejandro Giraldo

Foto:Alejandro Giraldo

Este le puede ayudar a encontrar la respuesta a aquel problema con el cual lleva tiempo lidiando.

Desde que Sigmund Freud le habló a la humanidad del inconsciente y de cómo este podía gobernar al ser humano sin importar su racionalidad, mucha gente se quedó con la idea de que este “ingrediente” de la mente era un enemigo perverso.
Investigaciones más recientes sobre el tema han cambiado totalmente ese concepto, y John Bargh, prestigioso psicólogo y quien ha participado en muchas de estas, las explica en su libro ¿Por qué hacemos lo que hacemos?, publicado en Colombia por Penguin Random House, para mostrar cómo es posible poner el inconsciente a trabajar a nuestro favor y cómo es más amigo nuestro de lo que imaginamos.
Bargh es considerado uno de los mayores expertos mundiales en la mente inconsciente, y los resultados de sus investigaciones han aparecido en más de 190 publicaciones. Actualmente es profesor de la Universidad de Yale y director del laboratorio Acme: Automaticidad en Cognición, Motivación y Evaluación.
El autor sostiene en el libro que tanto los procesos inconscientes como los conscientes son hábiles en distintos ámbitos, y no se trata de que unos sean buenos y otros malos. “Trabajan juntos, por lo general en armonía y de manera dinámica: uno provoca al otro y viceversa... Ambas formas de pensamiento son parte de nosotros, no solo la forma consciente. Juntos forman nuestro verdadero ser interior”.
Bargh explica que ideas geniales que aparecen de pronto como respuestas a un problema no son “chispas” o milagros que llegan únicamente a las mentes de genios como Einstein, son más bien el resultado de un trabajo consciente y constante.
Cuando alguien estudia un tema con seriedad y disciplina por mucho tiempo, la mente consciente le envía como mensaje a la mente inconsciente, en el que le dice que ese es un problema que realmente quiere resolver. El inconsciente, entonces, comienza a trabajar por su cuenta con todo el material que ha adquirido conscientemente. El inconsciente nunca deja de trabajar, ni siquiera cuando las personas duermen; incluso, procesa ideas sin que la mente consiente se esté ocupando de ellas.
“Nuestras metas importantes nunca duermen. Operan inconscientemente, en segundo plano, sin que necesitemos guiarlas, sin siquiera ser conscientes de ellas. Monitorizan vigilantes nuestro entorno, atentas a cualquier cosa que pueda ayudarnos a satisfacerlas. Se nos puede venir a la cabeza de pronto la solución de un problema”, escribe el psicólogo.
Por ello, a muchas personas se les ocurren las soluciones de ciertos problemas en un sueño, mientras hacen ejercicio o se dedican a otra actividad diferente durante la cual el inconsciente sigue trabajando y la mente consciente se encuentre ocupada en otra cosa.
Bargh explica que él mismo toma descansos o sale a caminar después de trabajar un largo tiempo en el mismo asunto y cuando regresa, muchas veces encuentra la respuesta que estaba buscando. “Los procesos inconscientes actúan en nuestros problemas y metas importantes y comunican respuestas y soluciones a nuestra mente consciente”, escribe.
Es importante anotar que esto sucede si se ha trabajado en un tema con la mente consciente, solo así el inconsciente entenderá que realmente es importante. “Tienes que dar a tu meta algo de pensamiento consciente para establecerla como una meta importante, y luego te encontrarás trabajando en ella de modo inconsciente y cosecharás los beneficios”, afirma Bargh en su libro.

El entorno

El psicólogo también explica que el mundo exterior tiene efectos inconscientes sobre nosotros y que por ello es posible modificar el entorno para que su influencia sea más beneficiosa. “El entorno se compone de señales que pueden instigar la conducta”, sostiene el autor; por lo tanto, se pregunta: “¿Por qué no tomar control de ese entorno?”.
Por ejemplo, las personas pueden tener en su escritorio la foto de su pareja, para unas puede ser un distractor porque genera ideas de romance y diversión, pero para otras puede ser el objetivo por el cual vale la pena trabajar todos los días.
Otro ejemplo: el psicólogo explica que varios autores sostienen que tener en la oficina afiches de personalidades como Supermán puede ser perjudicial, pues estos pueden hacer que la persona piense que jamás será como ellos y resultar desmotivadores en vez de aumentar la autoestima. Por ello, Bargh recomienda que, si alguien quiere buscar una imagen a quien seguir y que esta opere en su inconsciente, debe escoger muy bien el modelo, debe ser alguien a quien admire y a quien sí puedan emular.
Una vez escogido ese modelo, su imagen en el escritorio o en la pantalla del computador puede activar metas y cualidades que la persona posee y conductas que están dentro de sus posibilidades. Con el paso del tiempo, la persona dejará de prestarle atención a la imagen y esta comenzará a operar en el inconsciente. “Como las influencias inconscientes son naturales y ocurren por sí mismas, solo tienes que iniciar el proceso y luego ya te puedes relajar y dejar que trabaje para ti”, explica el psicólogo.

Dos ideas clave

“Nuestra consciencia no viene de un lugar mágico o especial, sino de nosotros mismos. Nuestras decisiones conscientes se nutren del pasado genético y de las experiencias vividas que se alojan en el inconsciente, pero, a la vez, a través de nuestras decisiones o deseos estamos alimentando y modificando esas operaciones inconscientes; es un ciclo”.
“Algunas veces, las influencias del exterior solo se aplican para personas que de antemano tienen una meta o motivación particular. Los estudios en supermercados indican que cuando vemos palabras referentes a ‘dieta’ o ‘comida saludable’, estas influencian más a las personas con sobrepeso que han tomado la decisión de actuar sobre este problema”.
CATALINA GALLO
ESPECIAL PARA EL TIEMPO
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