El cáncer de próstata es tratable y, cuando se diagnostica en un estadío temprano, las probabilidades de cura son mucho más altas.
Este es, de hecho, uno de los tipos más comunes de cáncer en los hombres, que son los únicos que tienen próstata.
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La próstata es una glándula pequeña con forma de nuez, que produce el líquido seminal que transporta los espermatozoides.
Cuando se habla de cáncer de próstata se hace referencia a el crecimiento descontrolado de células en esta glándula tras la mutación del ADN.
Sin embargo, las causas de este tipo de cáncer no son claras todavía para la ciencia, solo se sabe que estos cambios hacen que las células crezcan y se dividan rápidamente.
Justamente, es este proceso anormal el que termina generando una acumulación de células que forma un tumor, y este puede crecer e invadir el tejido de la próstata y cercanos.
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Esta expansión hacia otras partes del cuerpo es conocida como metástasis, y aumenta el riesgo de complicaciones.
Aunque algunos tipos de cáncer de próstata son lentos y pueden necesitar un tratamiento mínimo o ninguno, otros son agresivos y se pueden diseminar con rapidez, por lo que es importante detectarlo a tiempo.
Para esto es relevante conocer los síntomas de este cáncer, que incluyen, según Mayo Clinic, problemas para orinar, disminución en la fuerza de la orina, sangre en ella o en el semen, dolor en los huesos, pérdida de peso sin razón y disfunción eréctil.
Si un hombre presenta cualquiera de estos síntomas de manera persistente lo ideal es que consulte con un médico para descartar un diagnóstico.
¿Cómo se trata?
De acuerdo con la Sociedad americana del Cáncer, si un hombre ha sido diagnosticado con esta enfermedad, el médico tratante deberá referirle las opciones de tratamiento que existen en la actualidad.
Entre las principales se encuentran algunas como la atención quirúrgica (cirugía), y una de las más comunes es la prostatectomía radical, donde se extirpa toda la glándula y parte del tejido que la rodea.
Esta solo es una opción cuando el médico verifica que el cáncer no se haya extendido al exterior.
También se puede utilizar la radioterapia, en donde se aplican rayos de alta energía para destruir las células cancerosas.
Dependiendo de la etapa del cáncer se puede utilizar esta técnica como tratamiento inicial, como parte de él, acompañada de terapia hormonal, como alternativa si el cáncer no se extirpa del todo y para mantenerlo bajo control si es avanzado.
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Otra opción de tratamiento es la crioterapia, que consiste en emplear temperaturas muy bajas para congelar las células cancerosas y eliminarlas a través de sondas.
En el caso de la terapia hormonal se administran medicamentos que impiden que los andrógenos, que son las hormonas masculinas, se estimulen, y con ellas las células contaminadas.
Por su parte, la quimioterapia utiliza medicamentos contra el cáncer que se inyectan por vía intravenosa u oral, y viajan por el torrente sanguíneo para llegar a las células cancerosas. Esta opción se utiliza en algunas ocasiones, cuando el cáncer ha invadido otras partes fuera de la próstata y la terapia hormonal es ineficaz.
Todas las alternativas de tratamientos deben ser tenidas en cuenta dependiendo del caso particular de cada persona, por lo que lo ideal es conocerlas en compañía de un profesional de la salud que pueda despejar todas las dudas y hacer recomendaciones.
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De cualquier forma, lo primordial siempre es trabajar en la prevención del diagnóstico, por lo que los expertos sugieren mantener una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente, mantener un peso adecuado a conveniencia de cada persona y hablar con un médico para evaluar la frecuencia de los chequeos necesarios dependiendo de la edad y el riesgo de padecer este cáncer.