Se ha comprobado que las mujeres adultas sanas tienen entre un 20% y un 25% de grasa corporal, mientras que los hombres en torno a un 15%, además de tener más músculo.
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Esto puede explicar por qué para algunas mujeres es más sencillo aumentar tallas en algunas regiones específicas del cuerpo como el vientre.
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Según la Clínica Mayo, el problema con la grasa del vientre es que no se limita a la capa extra de relleno ubicada justo debajo de la piel (grasa subcutánea). También incluye grasa visceral, que se encuentra en el interior del abdomen, alrededor de los órganos internos.
Aunque la grasa subcutánea plantea problemas estéticos, la grasa visceral está relacionada con problemas de salud mucho más peligrosos, entre ellos:
• Cardiopatía
• Diabetes tipo 2
• Presión arterial alta
• Colesterol anormal
• Problemas respiratorios
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Las investigaciones también asocian la grasa del vientre con un mayor riesgo de muerte prematura, independientemente del peso total. De hecho, algunos estudios han determinado que incluso cuando se consideraba que las mujeres tenían un peso normal basado en las mediciones estándar del índice de masa corporal (IMC), una cintura grande aumentaba el riesgo de morir de enfermedad cardiovascular.
Sin embargo, es posible mantener bajo control el índice de masa corporal y disminuir grasa en zonas localizadas siguiendo las siguientes recomendaciones:
• Seguir una dieta saludable: concéntrese en los alimentos a base de plantas, como frutas, verduras y cereales integrales, y elija fuentes magras de proteínas y productos lácteos con bajo contenido de grasa. Limite el azúcar añadido y las grasas saturadas, que se encuentran en la carne y en los productos lácteos con alto contenido graso, como el queso y la mantequilla. Elija en su lugar cantidades moderadas de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, que se encuentran en el pescado, las nueces y ciertos aceites vegetales.
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• Reemplace las bebidas azucaradas: beba agua o bebidas con edulcorante artificial en su lugar.
• Mantenga bajo control el tamaño de las porciones: en casa, reduzca el tamaño de las porciones. En los restaurantes, comparta las comidas.
• Incorpore la actividad física a tu rutina diaria: para la mayoría de los adultos sanos, el Department of Health and Human Services (Departamento de Salud y Servicios Humanos) recomienda actividad aeróbica moderada, como caminar a paso ligero, al menos 150 minutos a la semana o actividad aeróbica vigorosa, como correr, al menos 75 minutos a la semana.
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Si usa un contador de pasos, recuerde que toma un promedio de 10.000 pasos al día prevenir el aumento de peso. Algunos estudios indican que una persona debería caminar 15.000 pasos al día para prevenir la recuperación de peso después de una pérdida de peso significativa.
También se recomiendan los ejercicios de entrenamiento de fuerza, al menos dos veces por semana.
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