El caso de la joven politóloga Lady Carolina Cárdenas Gutiérrez, quien fue vacunada en Bogotá este lunes contra el covid-19 a pesar de no estar en la etapa I del Plan Nacional de Vacunación, generó inquietudes alrededor de la inmunización que se está llevando a cabo en el país.
Todo comenzó en la tarde del lunes cuando se conoció la imagen de Cárdenas posando con su carné de vacunación en una foto subida a Instagram. En esa misma red se describe como politóloga e internacionalista, especialista en cooperación internacional y gestión de proyectos.
En esa red social, Cárdenas insinúa trabajar en la Secretaría Distrital de Salud, aunque dicha entidad aclaró que en concreto está vinculada a la Subred Integrada de Servicios de Salud del Norte, es decir, es contratista de los hospitales públicos del norte de la capital.
Minutos después, Jaime Humberto García, gerente de esa subred de servicios, rechazó el hecho y le dijo a EL TIEMPO que si bien se trata de una persona que venía desempeñando labores de apoyo en salud pública “a todas luces no es personal de talento humano en salud y se va a investigar la razón por la cual esta mujer, que adelanta funciones de apoyo, salió vacunada”.
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Este martes, sin embargo, Cárdenas Gutiérrez emitió un comunicado en el que dio su versión de los hechos y explicó que es contratista del sector salud desde el 28 de mayo del 2019 y desempeña en la Subred Integrada de Servicios de Salud del Norte labores de trabajo comunitario de manera presencial con personas mayores de 60 años y que presentan condiciones crónicas de salud.
“Desarrollo estrategias para la prevención de la transmisión del Sars-CoV-2 en el territorio y el abordaje integral de población expuesta o afectada por condiciones crónicas (…) en seis localidades de Bogotá: Usaquén, Suba, Teusaquillo, Barrios Unidos, Chapinero y Engativá. Tengo contacto con alrededor de 400 adultos mayores al mes, población que ha sido fuertemente golpeada por la pandemia, no solo física sino mentalmente”, escribió.
Y a continuación, Cárdenas afirmó que hace más de dos semanas se encontraba priorizada en la etapa II del Plan Nacional de Vacunación, que comenzó esta semana tras la expedición de la resolución 303 del Ministerio de Salud. “No estoy incumpliendo, ni saltando ninguna fila, ni realizando ningún delito que no esté establecido dentro de la ley y al igual que cada uno de ustedes, soy una persona que puede vivir, morir y contagiar”, aseguró.
Cárdenas, de hecho, adjuntó la imagen del portal Mi Vacuna donde aparece, efectivamente, en la etapa II.
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A pesar de estas explicaciones, el ministro de Salud, Fernando Ruiz, expresó su molestia y escribió en Twitter: “Realmente no tiene ninguna presentación cuando tantos epidemiólogos de campo del Instituto Nacional de Salud, del Ministerio de Salud y de muchos departamentos han estado esperando con rigor y disciplina su turno”.
El secretario de Salud de Bogotá, Alejandro Gómez, en diálogo con este diario manifestó que Cárdenas en esencia no se coló ni solicitó a nadie que la priorizara de manera fraudulenta. En su momento, la Subred Norte subió su nombre a la plataforma PISIS por las funciones específicas que desarrolla y allí la ubicaron en la etapa II. Consecuentemente, alguien la citó para recibir la dosis y ella acudió al llamado.
No obstante, el secretario aseguró que está por establecerse si Cárdenas tenía contrato vigente o no con la Subred o si como sucede con muchos contratistas del sector oficial continuó desempeñando sus funciones después de vencido el documento mientras se renueva formalmente la vinculación.
Al respecto, Víctor Muñoz, director del Departamento Administrativo Presidencia de la República, publicó en Twitter que este caso “no cumple los criterios del Decreto 109”, que delineó el Plan Nacional de Vacunación. “Coordinar proyecto de salud pública no es criterio de priorización e intentar justificarlo es vergonzoso. Órganos de control deben investigar”, afirmó.
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De fondo de esta polémica está el ritmo de vacunación en el país, que aún no es masivo, y las molestias de los trabajadores de la salud de primera línea en Bogotá priorizados en etapa I o expuestos a riesgo de covid-19 que aseguran que no han sido vacunados.
Las cifras oficiales reportadas por la Secretaría Distrital de Salud confirman que hasta el 9 de marzo Bogotá había aplicado 77.932 dosis: 65.999 trabajadores de la salud de primera línea de atención de pacientes covid-19 y 11.933 personas mayores de 80 años.
A comienzos de febrero, las IPS de Bogotá le habían reportado al Ministerio de Salud una población de total de 77.231 trabajadores de la salud de primera línea, incluidos 10.726 colaboradores de apoyo en áreas de transporte, seguridad y aseo.
De hecho, el secretario Gómez indicó que aún faltan por vacunar muchos trabajadores considerados como de primera línea en centros clínicos y hospitalarios donde no hay unidades de cuidados intensivos.
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Germán Maldonado es un médico que realiza servicios domiciliarios a pacientes covid-19 y aún no ha sido vacunado en Bogotá. Él manifiesta que episodios como el de Cárdenas demuestran un grado de desorden que es imperdonable en razón a que se ha dicho que los preparativos y la logística habían sido probados en extremo y que justamente por eso se había demorado el arranque del Plan Nacional de Vacunación.
Y en ese sentido, se pregunta: “¿Por qué en algunos hospitales comenzaron la segunda etapa cuando en otros no se ha cubierto la primera línea?”.
Más allá de esas preguntas, Rodrigo Córdoba, expresidente de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, afirma que es entendible la preocupación de todas las personas por protegerse y en ese sentido la acción de la profesional puede tener cierta justificación, máximo si se sobrepusieron las dos etapas iniciales de la vacunación.
Sin embargo, expone que es de sentido común y más para una persona que dice trabajar en el sector de la salud identificar quiénes son los grupos de verdadero riesgo y priorizarlos en la inmunización.
Córdoba asegura, en todo caso, que a esta trabajadora se le debe garantizar la segunda dosis por parte de quien aplicó la primera "porque no se le puede condenar al riesgo por una falla administrativa".
“Esta situación debe tomarse como algo para no repetir y un elemento para revisar los procesos de la vacunación que no pueden desdibujarse”, afirma.
Córdoba remata diciendo que los programas deben ser tan armónicos para que se avance en las verdaderas necesidades de las personas priorizadas. "Basta ver que hay muchos médicos -sobre todo independientes y ambulatorios- que también están sometidos a riesgo y no han sido vacunados porque están esperando su turno, algo que no se compadece con situaciones como la de la politóloga", afirma e insiste en que se deben revisar estos procesos.
UNIDAD DE SALUD
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