En la casa de la cultura de Cocorná reposa uno de los cuadros más importantes que relatan la historia de ese municipio.
Un mural ilustra las vivencias que eran frecuentes para sus pobladores en la época del conflicto. Las mismas que dejaron secuelas en sus cuerpos y en sus memorias.
‘Solo la mitad de mí’ ocupa una pared de 12 metros de largo por 3 de alto, en uno de los sitios más emblemáticos del pueblo.
En este centro cultural, la comunidad se reunió del 2 al 7 de agosto del 2009 para dar vida a esta obra.
Casi en el centro de la pintura se puede ver a una mujer, la mitad pintada a color y la otra en sombra.
Este dibujo fue hecho por Luz Darys, una mujer que desde muy pequeña perdió a su padre a causa del conflicto y que a sus 44 años no sabe aún cuál es su verdadera identidad. Ella padeció la muerte y el desplazamiento de varios familiares.
En el mural también están reflejados varios de los mutilados a causa de las minas, que cobraron casi un centenar de víctimas, en Cocorná.
Una virgen, vestida de azul, sostiene un ramo de flores mientras su otra mano ha sido arrebatada por estos explosivos.
Otros tantos hechos se reflejan en cada uno de los dibujos, algunos llenos de color y esperanza, pues lo que buscan sus pobladores es inmortalizar el dolor y dejar a un lado tantos años de violencia.
Los días en los que los caballos llevaban a los asesinados por las Farc, el Eln o los paramilitares también fueron dibujados, imágenes desastrosas que no pueden borrar tan fácil de la mente.
En la parte alta del cuadro anaranjado, denominada ‘zona del conflicto’, está representada una escena en la que un hombre armado dispara a una mamá pájaro que llegaba a su nido para alimentar a sus hijos y tras ser llevada al hospital muere, dejando solos y desprotegidos a sus pichones. Se ve un conejo desesperado en una jaula que parece una celda.
Los dibujos que relatan el dolor continúan, muchos de ellos fueron pintados por niños, que también dejaron su consigna.
La pintura también refleja uno de los problemas sufridos por casi la mayoría de sus habitantes: el desplazamiento.
Un dibujo ilustra el dolor de un campesino que parte de sus tierras con un corazón en la espalda, esperando volver.
MICHELL QUIÑONES Y JAVIER FORERO
Enviados especiales de EL TIEMPO
Cocorná
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