El extraditado más ‘ilustre’ de las Farc, alias Simón Trinidad, acaba de acogerse a la justicia especial para la paz (JEP).
Su decisión de recurrir a la justicia transicional se dio el pasado 16 de octubre cuando una comisión integrada por personal diplomático colombiano, el senador Iván Cepeda y Diego Martínez, abogado de las Farc, entre otros, se reunió con él en la penitenciaría.
Este encuentro se dio con la autorización de los gobiernos de los dos países. Sin embargo, no trascendieron mayores detalles del encuentro debido a que el gobierno norteamericano hizo firmar a los asistentes una cláusula de confidencialidad.
La reunión se realizó en un salón de la cárcel, detrás del cual y protegido por un vidrio estaba ‘Trinidad’. Por una pequeña ventanilla se le pasaban los documentos.
Inicialmente Martínez le explicó el procedimiento del acogimiento a la JEP, le habló de los procesos que tiene pendientes en el país y de lo que puede lograr si se acoge a la justicia transicional. Él, según Martínez, tiene unos 177 procesos pendientes en Colombia.
‘Trinidad’ al firmar su acogimiento a la JEP se compromete a decir la verdad plena en cada uno de los casos que tiene pendientes en territorio colombiano.
Serán los jueces de la JEP quienes asuman el conocimiento de los procesos que ‘Trinidad’ tiene en el país
“También significa en lo jurídico que serán los jueces de la JEP quienes asuman el conocimiento de los procesos que ‘Trinidad’ tiene en el país”, señaló Martínez.
De acuerdo con el abogado, esto no significa que el exguerrillero vaya a ser repatriado, sino que ante todo es un mensaje político de que está con el proceso de paz y que acepta esa justicia. Señaló que de todas maneras, van a seguir buscando su regreso al país.
Es muy poco probable que esa decisión tenga efecto alguno en su situación jurídica en EE.UU.
Trinidad fue extraditado en el 2004 y luego condenado a 60 años de cárcel por el secuestro de tres estadounidenses. Desde el inicio de las negociaciones, las Farc insistió en su excarcelación como parte de los acuerdos. Pero EE. UU. en reiteradas ocasiones indicó que eso no sucedería alegando que Washington no era parte de las negociaciones y que tenía deudas por pagar ante la justicia de este país.
En determinado momento se alcanzó a especular sobre un posible perdón del presidente Barack Obama o su transferencia a la justicia colombiana.
En ambos casos se trataba de una decisión política para ayudar al proceso de paz.
Pero el acuerdo se firmó, Obama se fue de la Casa Blanca, y el perdón nunca llegó.
Con la llegada a la Oficina Oval del presidente republicano Donald Trump, esa posibilidad se ve aún más remota sino imposible.
En el mejor de los casos, Trinidad cooperaría con la justicia colombiano como lo hicieron los jefe paramilitares que fueron extraditados a EE.UU. durante el gobierno de Álvaro Uribe y que recibieron rebajas de penas bajo la ley de Justicia y Paz pero que tuvieron que pagar primero sus condenas en Estados Unidos. Algunos de ellos ya regresaron. Salvatore Mancuso, por ejemplo, lo podrá hacer en unos 10 años.
Pero Trinidad, a sus 67 años, aún tiene por cumplir 51 años de cárcel.
POLÍTICA*
Con información de corresponsal en Washington, Sergio Gómez Maseri