Con el fin comenzar a sentar las bases de un escenario de posconflicto que también garantice el restablecimiento de los derechos de los miembros de la Fuerza Pública que fueron víctimas de la guerra, este jueves despegó en forma su proceso de reparación y restitución de tierras. (Lea también: Acuerdo entre Gobierno y Farc es considerado para premio Nobel de Paz)
Lo que se busca es que los uniformados que han sido afectados directos del conflicto armado, y por supuesto sus familias, tengan garantías plenas de restauración de sus condiciones y de no repetición. Es una forma, además, de reconocer su labor tras 52 años de confrontación armada.
Este es un paso clave, pues se comienzan a reconocer de forma específica a los uniformados como víctimas de la guerra. De hecho, tras cruzar información de las unidades de Víctimas y de Tierras, el Gobierno ha identificado por lo menos 6.500 casos de militares y policías que pueden ser objeto de restitución de predios.
Este tema arrancó este jueves en zona rural de la vereda de Ambalá, muy cerca de Ibagué (capital del Tolima), donde se oficializó la entrega de los primeros terrenos a militares víctimas por desplazamiento forzado, en este caso por culpa de las Farc. (Además: 'Reafirmamos que Eln está por la paz, que esperan y anhelan todos')
Las familias Molano Figueroa y Molano Ramírez fueron las beneficiadas este jueves, y ambos casos están relacionados con desplazamiento por amenazas de las Farc en la región de Ataco, zona en la que esa guerrilla tuvo una fuerte influencia finalizando los 90.
A través de la figura de compensación equivalente, jueces agrarios les restituyeron terrenos en una zona diferente a Ataco por el riesgo que podrían correr si regresaban a esa región. Este proceso se hace efectivo a penas 3 días después de que se firmara la paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las Farc.
El soldado José Darío Molano Figueroa, cuya familia estará ahora en el predio Villa Silvana, en la zona de Ambalema donde se hizo este evento, recordó que "en el 2001 tenía dos hermanos que eran del Ejército y nos obligaron, por ese motivo, a salir de nuestras tierras".
Y su compañero de armas Wilson Ramírez, cuya familia fue restituida en zona rural de Silvania (Cundinamarca), contó que comenzado la década del 2000 "tuvimos que salir porque me querían reclutar los guerrilleros de las Farc", pero enfatizó que, tras la firma del fin del conflicto y este proceso de restitución, "puedo seguir luchando por la paz y la soberanía colombiana".
Este proceso de restitución de tierras a uniformados también fue destacado por altos mandos militares, pues lo leen como un símbolo de reconocimiento al trabajo realizado en las últimas cinco décadas en el campo de confrontación armada. (También: Este es el país que sueñan las víctimas de las Farc)
El general Jorge Humberto Jerez, comandante de la Quinta División del Ejército, aseguró que la guerra "va a ser un recuerdo amargo", por lo que le agradeció al Estado "por retribuir el trabajo y la sangre que hemos dejado en la guerra", ya que ahora "el Ejército está listo para contribuir a la paz de Colombia".
Todo este proceso de restitución viene siendo liderado por el director de la Unidad de Tierras, Ricardo Sabogal, quien notificó que todo se repercutirá en otras zonas del país.
"Vamos a dedicar un equipo para ubicar a quienes fueron desplazados por el hecho de tener familiares entre la Fuerza Pública, y vamos a hacer justicia con la victimización con la que fueron afectados", enfatizó Sabogal.
Y el coronel Wilson Halaby, director del Centro de Memoria Histórica del Ejército, hizo un llamado a los uniformados que se sientan víctimas a que hagan público su caso, pues, a su juicio, este paso histórico vivido este jueves abre la oportunidad explícita para reconocer sus casos.
Este evento, leído en clave de reconciliación por los uniformados, contó con la asistencia de más de 200 soldados y policías que reconocieron, entre aplausos y comentarios entre ellos, la importancia de dar este paso histórico. Incluso, les rindieron un homenaje a sus compañeros caídos en combate a través de un minuto de silencio. Ellos, y con la bendición de un sacerdote, fueron testigos del despegue de la restitución de tierras a los uniformados víctimas de la guerra.
DANIEL VALERO
Enviado especial de EL TIEMPO
Ambalá (Tolima)