En un abrazo interminable, y como si no quisieran despegarse se fundieron Miriam Esther Vanegas y su hijo Felipe Rodríguez.
El espontáneo momento se originó 46 minutos después de que el jefe negociador de las Farc, 'Iván Márquez', anunciara este viernes en las Sabanas del Yarí, en la zona rural de San Vicente del Caguán, la terminación de la guerra con la frase: "díganle a Mauricio Babilonia que ya puede soltar las mariposas amarillas".
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Y aunque en el encuentro entre madre e hijo no volaron las mariposas amarillas, lo que sí brotaron fueron lágrimas de alegría. Hubo aplausos, provenientes de los testigos del emotivo reencuentro, casi todos guerrilleros.
Justamente en el día de la apertura de la X conferencia guerrillera Felipe Rodríguez, integrante de la compañía José María Carbonel, contó que dejó de ver hace 10 años en la Macarena, Meta, a la mujer que le dio la vida.
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En ese momento estaba acompañado por su novia, Sandra Ruiz, y tras escuchar el discurso de 'Timochenko', durante la apertura, "Pipe" como le dicen en las filas sus 'camaradas', tenía un anhelo: "quiero abrazarla, se me hace como un nudo en la garganta cada vez que hablo de ella", decía.
No contaba con que hasta ese remoto lugar en los campos del Caquetá lo fue a buscar su mamá, para abrazarlo.
Este viernes, mientras 'Timochenko' cerraba el último encuentro de las Farc como grupo armado, y decía en el final de la Décima Conferencia que “por fin tenemos una segunda oportunidad sobre la tierra”, Felipe lo escuchaba a pocos metros de su mamá, y ambos sabían que al fín había llegado para ellos, también, una nueva oportunidad, un nuevo comienzo.
DIEGO JAIMES AVELLANEDA
Enviado especial de EL TIEMPO Televisión
LLANOS DEL YARÍ
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