Son las 6 de la mañana, y 40 estudiantes ‘voluntarios de paz’ de la Universidad del Tolima arriban en un bus al municipio de Planadas, Tolima. También llegan periodistas extranjeros, nacionales y locales, cineastas bogotanos y turistas amantes de la naturaleza y la historia.
Allí comienza la ruta que los llevará hasta la emblemática Marquetalia, vereda de Planadas donde nacieron las Farc. Antes de seguir, tomarse una tasa del afamado café de la región no se puede dejar de lado.
Continúa el camino, cuarenta minutos más, por unos tramos pavimentados y otros destapados hacia el corregimiento de Gaitania, cada vez más cerca de la historia.
Allí, ‘Manuel Marulanda’, más conocido como ‘Tirofijo’, el jefe histórico de las Farc, fue inspector de carreteras, comenta Julio Medina, un líder de la zona. Emocionados y expectantes, los turistas escuchan sus historias.
Ya en Gaitania, a la caravana se unen campesinos, líderes y políticos que con anterioridad habían llegado desde Ibagué, el Cauca, Valle, Bogotá y de diferentes partes del Tolima.
La próxima parada es en la zona de desarme de las Farc, en la vereda El Oso, donde un grupo de guerrilleros, responsables de la convocatoria a la ruta turística e histórica de Marquetalia, se suma al recorrido.
En El Oso, o Marquetalia Cuna de la Resistencia, como rebautizaron el lugar, los turistas pueden ingresar a la “tienda fariana” para hacer compras. ¿Qué vende acá? Le preguntamos a César Martínez, el guerrillero vendedor: “Aquí le tenemos las camisetas del camarada Manuel (Tirofijo), de Ciro Trujillo, de Jacobo Prías Alape –exlíderes guerrilleros– y también le vendemos los botoncitos y las agendas a 15.000 pesitos”, dice.
Además, hay restaurante a cargo de campesinos.
A dos horas, por una vía despavimentada, el siguiente punto es la vereda Villa Nueva, último sitio a donde llegan los vehículos. De ahí en adelante se emprende una larga caminata. Desde el inicio, los expedicionarios comienzan a ver hermosas y extensas fincas cafeteras, así como cultivos de fríjol, frutales y plátano.
Por el trayecto se encuentran campesinos con sus mulas cargadas con productos de las veredas vecinas. ¿Qué producen por acá? Indagamos a uno de ellos: “Café y fríjol, patrona”, responde con la amabilidad que caracteriza a la gente de la región.
A media hora de camino, no muy lejos se divisan las veredas Palmera y La Bella, donde habitan indígenas paeces del resguardo Nasa Wesh. Imponente y frío, el río Atá cruza rodeado de verdes montañas.
Otro acompañante, que revive el alma y les devuelve el aliento a los caminantes agotados por lo difícil del trayecto, de empinados ascensos y resbalosas bajadas, es el imponente nevado del Huila, que se erige como el guardián de la riqueza natural.
El puente sobre el río Los Guayabos, construido artesanalmente por la comunidad, aún espera la ayuda del Gobierno. “Este puente fue el que tanto pidió ‘Marulanda’ cuando era inspector de carreteras, este fue el del conflicto. Mire, han pasado tantos años (53) y todavía ningún gobierno lo ha hecho”, dice Argemiro Valencia, campesino y poeta de Planadas.
Y, por fin, después de un recorrido de cinco horas, el cansancio obtiene su recompensa: Marquetalia a los ojos de todos. La emoción es evidente.
Los turistas yacen sobre la historia. Vestigios de trincheras y partes de helicópteros derribados dan testimonio de que allí se libraron las batallas que desembocaron en la más cruel guerra, en mayo de 1964.
Juan Pablo Preciado, voluntario de paz de la Universidad del Tolima, señala que el recorrido será una experiencia inolvidable. “Todavía no existen las condiciones necesarias para un gran número de gente, pero creo que esto se va a volver parte de nuestra historia, y como tal se debe preservar y promocionar como si fuera un museo o una pieza de arte”, agrega.
Así mismo, Robert Mora, un planaduno, señala que no obstante vivir en la región no había tenido la oportunidad de visitarla. “Es un lugar muy bonito que está por explorar, por lo que significa”, dice.
Es así como se abre el gran portal a la ruta histórica y turística Marquetalia, Cuna de la Resistencia de las Farc, donde el visitante puede reencontrarse con la historia del conflicto armado en Colombia.
De pronto, recorriendo esa historia aparece de la nada Miguel Ángel Pascuas, conocido en las Farc como el sargento Pascuas. Él es uno de los 48 hombres que estuvieron con Manuel Marulanda y enfrentaron la operación Marquetalia, al mando del general José Joaquín Matallana. Él es el legendario Pascuas, el único combatiente vivo de la época, el que aún habla y se emociona contando la historia del lugar.
“Me trae recuerdos de guerras, de huidas, de violencia. De los 16.000 soldados que nos atacaron y el rugir de los motores de los aviones y helicópteros que lanzaban bombas por doquier sin ninguna táctica, al mando del general Matallana, por orden del presidente Guillermo León Valencia”, dice Pascuas.
JUAN CARLOS ESCOBAR
Redacción EL TIEMPO