La bebé nacida en una zona de desarme de las Farc que un excombatiente puso en brazos de Timochenko y el fusil AK-47 convertido en pala que el presidente Juan Manuel Santos le entregó al máximo jefe de las Farc parecieron competir este martes como símbolos históricos del desarme definitivo de esa guerrilla.
Cada quien elige con qué imagen se queda, a falta de la foto memorable de las Farc entregando los fusiles. Pero el hecho concreto es que este martes, 27 de junio del 2017, en la vereda Buenavista del municipio de Mesetas, Meta, las Farc dejaron de existir como guerrilla.
“¡No le fallamos a Colombia; hoy dejamos las armas!”, ratificó Timochenko al hacer énfasis en el compromiso de su ya desaparecida organización armada de ponerle fin a la guerra contra el Estado, que comenzó oficialmente el 27 de mayo de 1964.
Quizá lo que mejor reflejó la importancia histórica del hecho que estaba ocurriendo en una de las zonas de influencia de las Farc como guerrilla fue la frase del presidente Juan Manuel Santos cuando dijo: “Por lograr este día ha valido la pena ser presidente de Colombia”.
En esa lejana vereda del suroriente del país, Santos estaba frente al resultado de su apuesta más arriesgada como mandatario de los colombianos: iniciar un proceso de paz con las Farc después de haber sido el ministro de Defensa que encabezó la mayor ofensiva militar contra esa guerrilla en toda su historia.
Enteró al país de ese propósito el 4 de septiembre del 2012, cuando llevaba dos años como presidente.
Y concluir con éxito una negociación que inició el 19 de noviembre de ese mismo año con la guerrilla más grande y poderosa de América Latina, que además había sido autora de perturbadores hechos de violencia en Colombia, fue también la bandera de su campaña por la reelección.
Aunque con un costo muy alto para su popularidad –26 por ciento, a 13 meses de terminar su segundo mandato–, Santos escuchó este martes a Timochenko decir: “Adiós a las armas, adiós a la guerra, bienvenida la paz”.
En contraprestación, y en una especie de bienvenida a la vida política legal, el Presidente reiteró su compromiso con las Farc cuando les dijo: “No estoy, y seguramente nunca estaré de acuerdo con ustedes sobre el modelo político o económico que debe tener nuestra nación, pero defenderé con toda la determinación su derecho a expresar sus ideas”.
Sin la gala ni los invitados a las ceremonias de las firmas de los acuerdos de paz –primero en Cartagena y después en el teatro Colón de Bogotá–, pero con discursos mucho más sentidos, el Presidente y Timochenko dieron por cumplida la promesa de cerrar el conflicto armado.
Precisamente, el jefe de la Misión de la ONU que certifica el desarme, Jean Arnault, destacó el modelo del fin del conflicto con las Farc y de su desarme como referente para otros procesos de paz en el mundo.
No solo porque las violaciones al cese bilateral del fuego entre las Fuerzas Armadas y las Farc fueron “accidentales” y no producto de provocaciones de las partes –dijo Arnault–, sino por la cantidad y la “calidad” de las armas entregadas por los exguerrilleros.
Fueron 7.132 armas –más de una por combatiente– y faltan todavía las de las más de 873 caletas que se están evacuando.
Mientras que en otros desarmes verificados por la ONU los grupos armados escondieron sus mejores armas y entregaron las viejas, las abandonadas por las Farc sobresalen por su buen estado, según el organismo.
Salvo 700 armas, portadas por los guerrilleros que cuidarán los 26 puntos donde estarán concentradas las Farc hasta el primero de agosto, el armamento que entregó esta guerrilla quedó este martes almacenado en los contenedores de la ONU que se cerraron con candados. En Mesetas, los encargados de poner esas cerraduras fueron el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Luis Augusto Castro, y el padre Francisco de Roux.
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Hoy, ya sin armas, las Farc se alistan, como dijo Timochenko, para defender la implementación de los acuerdos de paz “de manera pacífica”.
António Guterres (Secretario General de la ONU)
“Felicito al Gobierno y a las Farc por alcanzar otro hito histórico en su proceso de paz”, dijo el secretario en una declaración enviada a través de su oficina de prensa.
Álvaro Uribe (Senador del Centro Democrático)
“Bien que entreguen armas, pero ¿en qué quedan los 10.000 fusiles, que no sean 50.000, que adquirieron a través de Montesinos?”.
Luis Almagro (Secretario General de la OEA)
“Día histórico para Colombia, con dejación de armas de las Farc se abre futuro para todos y todas. Paz de Colombia es paz de las Américas”.
Juan Carlos Pinzón (Exembajador en Washington)
“Es un error celebrar la entrega de las armas como si fuera la totalidad. Es claro que Farc y disidencias tienen armas. ¡Más transparencia!”.
Mauricio Lizcano (Presidente del Senado)
“Las Farc armadas desaparecerán hoy, se inicia el proceso político que reemplazará las balas por propuestas”.
Evo Morales (Presidente de Bolivia)
“Felicitamos al pueblo y gobierno colombiano por #DejaciónDeArmas de las Farc. América Latina avanza para ser #ContinenteDePazYSinMuros”.
Roy Barreras (Senador de 'La U')
“Se inicia la construcción de un nuevo país en paz, seguro, incluyente y justo. Una patria para todos los colombianos”.
José Miguel Vivanco (Director para América de HRW)
“Felicitaciones, @JuanManSantos. La dejación de armas de las Farc es una oportunidad histórica para los DD. HH. en Colombia”.
Efraín Cepeda (Senador conservador)
“La paz es el camino, no hay otro para una sociedad que busca crecer y sostenerse en la base del humanismo y la democracia”.
Marisol Gómez Giraldo
Editora de EL TIEMPO
En Twitter: @MarisolGmezG
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