En la vereda Buenavista, de Mesetas (Meta), una zona que estuvo marcada por la violencia guerrillera, el martes se hizo un acto simbólico mediante el cual las Farc dejaron sus armas en manos de la ONU y con ello dejaron de ser un grupo armado insurgente, paso previo para convertirse en movimiento político.
Por eso, la gran mayoría de los más de 500 guerrilleros que están en esa zona veredal llegó a la ceremonia con camisetas blancas en las que se podía leer: ‘Nuestra única arma es la palabra’.
Si bien fue un acto simbólico, con él terminó la dejación de las armas. En total, la ONU reportó que recibió 7.132 armas individuales.
Y aunque se esperaba la llegada de al menos 2.000 personas hasta esa vereda, las lluvias, que convirtieron la carretera en una línea marrón de huecos y lodo, impidieron la llegada de muchos de los invitados.
El negocio lo hizo un indígena ecuatoriano que la tuvo clara y llegó hasta la entrada del campamento a vender botas de caucho, de todas las tallas, a 35.000 pesos. Contó que vendió más de 60 pares, con lo que agotó toda su mercancía.
Aunque el acto estaba programado para las 10 de la mañana, comenzó casi sobre las 11. De la delegación oficial, el primero en arribar fue el vicepresidente Óscar Naranjo. Las camionetas de doble tracción lograron entrarlo hasta muy cerca de la tarima principal.
Pero no todos tuvieron la misma suerte. El senador Antonio Navarro tuvo que pasar sobre el barro apoyándose en sus muletas, seguido muy de cerca por su colega conservador Efraín Cepeda.
También desfilaron por allí los senadores Horacio Serpa, Hernán Andrade, Doris Vega e Iván Cepeda.
Santos, el principal invitado, llegó hasta donde la camioneta lo pudo acercar.
El jefe de las Farc, Timochenko, estaba en la zona veredal desde el lunes. Es más, en la mañana, en camiseta esqueleto, estuvo reunido con los miembros del secretario en una de los cerca de 50 cambuches de plástico que hay en el lugar y en los que el calor es inmisericorde.
La gente de NC Noticias, los periodistas de las Farc, corrían de un lado para otro preocupados porque la señal de internet no les servía para transmitir en directo. Chepe, un hijo del desaparecido ‘Mono Jojoy’, era uno de sus coordinadores.
Y como una muestra de que esta guerrilla está dando pasos hacia su reincorporación, la ceremonia de ayer tuvo dos presentadoras: una de la Casa de Nariño y otra de las Farc.
A pocos metros de la tarima se asaron unas 15 mamonas para atender a los invitados.
El acto se inició con los gritos de la guerrillerada de ¡viva la paz!
El jefe de la Misión de la ONU, Jean Arnault, presentó el balance final sobre la dejación de las armas. Dijo que lo ocurrido en Colombia es ejemplo para el mundo.
El turno fue luego para Rodrigo Londoño, máximo jefe de la guerrilla, quien dijo que en “este día no termina la existencia de las Farc. En realidad a lo que ponemos fin es a nuestro alzamiento armado de 53 años”.
Mientras Londoño hablaba, los integrantes de la cúpua de las Farc, que estaban en la tarima, lo aplaudían. Parecían alegres.
Enseguida, el turno fue para el presidente Juan Manuel Santos, quien dijo que lo que estaba pasando en Mesetas era la mejor noticia para Colombia en los últimos 50 años.
Santos hizo un acto lleno de significado: le entregó una pala hecha con parte de un fusil al jefe de las Farc, como queriendo decir que ese movimiento pasará de echar bala a echar pala.
El acto terminó y los guerrilleros comenzaron a hablar de su futuro, de su vida sin armas, por fuera del monte.
Varios de los exguerrilleros que llegaron al lugar para celebrar el fin de su vida en armas se reunían en pequeños grupos para hablar de su futuro. Algunos, acompañados por sus compañeras o esposas, lucían felices.
“Vamos a empezar a trabajar en política y eso nos implicará salir a las ciudades, repartirnos por el país para mostrar que no somos terroristas, que no somos los malos como nos han querido hacer aparecer”, afirmó un guerrillero, quien reiteró que en agosto debe quedar resuelto cómo será el partido político de las Farc.
Los excombatientes de las Farc hablaban el martes más de política que de armas.
El alcalde de Mesetas, Carlos Ferney Caycedo, afirmó que el fin de las Farc como grupo armado es un gran paso hacia la paz duradera que se prometió en el acuerdo de La Habana. “Significa un paso importante para consolidar la tranquilidad y la reconciliación en nuestro municipio y el país”, agregó el mandatario.
‘Otra opción de vida’Elena Trujillo, profesora de la escuela de Buenavista, cree que el fin de las Farc como grupo armado es “el inicio una nueva oportunidad, tanto para ellos como para nosotros. Es el momento de que nuestros estudiantes vean otra opción de vida”. Y dijo que ojalá “no se escuchen disparos y llegue la inversión”.
‘Esta es la oportunidad’Luis Salcedo, productor de leche y café, piensa que la dejación de armas de las Farc es la oportunidad de “empezar a construir una nueva Colombia en paz”. Para él, cuando esa guerrilla estaba activa se sentía la represión en la región. “Las Farc cometieron mucho error con el campesino, esta es la oportunidad para un nuevo país”, aseguró.
Jorge Enrique Meléndez
Enviado especial de EL TIEMPO
Comentar