Karen Pence, una maestra de escuela retirada, pintora apasionada y esposa del vicepresidente de Estados Unidos (Mike Pence), cree vehemente que la paz en Colombia será un éxito total y que víctimas de la guerra con la guerrilla más antigua del mundo podrán sanar con métodos como el arte terapia, un trabajo que promueve y apoya.
En Cartagena, aprovechando la visita oficial de su esposo al país, se reunió con expertos de la Asociación Colombiana de Arte Terapia, quienes le contaron cómo niños y familias están cerrando las heridas que dejaron 50 años de conflicto con las Farc.
“Lo que hemos encontramos en el arte terapia es que cualquier tipo de trauma puede ser sanado”, comentó Pence. “Esta es una técnica que mezcla el trabajo con las artes plásticas y la ayuda y asesoría de un terapeuta especializado. No se trata sólo de pintar o moldear arcilla, se requiere de la guía orientada por un profesional, muchos de ellos con doctorado en ciencias de la psicología”.
Antes de ser la segunda dama de Estados Unidos, Karen Pence dedicó 25 años de su vida a la educación escolar. Su pasión por la pintura con acuarela le ha merecido varios galardones. Hoy, desde su posición influyente en la política, promueve la terapia a través del arte en niños y familias que han sido víctimas de la violencia o de tragedias naturales, así como en veteranos de la guerra. Según ella, con esta terapia se benefician no solo individuos que han sobrevivido al trauma resultante del combate, del abuso y de los desastres naturales, también enfermos de cáncer y lesiones cerebrales e individuos con autismo, demencia, depresión y otros trastornos.
Miembros de la Asociación Colombiana de Arte Terapia le presentaron el proyecto Chiva, el cual tiene como símbolo el famoso prototipo del bus campesino multicolor en barro, y que representa al país internacionalmente. Con este, la asociación, que ya cumple una década de trabajo con personas violentadas, está tratando a víctimas del conflicto.
“Sé que la chiva es especial para ustedes y habla de su población, de lo que son sus ciudadanos, y es un símbolo muy poderoso, y que lo hayan tomado como referente para su trabajo con víctimas es muy diciente”, aseguró Pence.
No obstante, para ella, proyectos como el de las tejedoras de Mampuján, en el que un grupo de mujeres de la región de los Montes de María, a través de telares hechos a mano y con tintes naturales retratan la violencia que por años se enquistó en la región, no se pueden enmarcar dentro del arte terapia.
“A este tipo de expresiones nosotros le llamamos arte terapéutica, que es cuando saco mis acuarelas, pongo mi música y desnudo mis sentimientos y los plasmo; pero esto no es arte terapia. Para resolver los traumas a fondo se requiere de un psicólogo que te acompañe por varias sesiones y con un enfoque”, dice Karen Pence.
La Asociación Colombiana de Arte Terapia desarrolla varios proyectos pensados en el posconflicto, pero le explicaron a Pence que su trabajo no es valorado.
“Deben elevar su profesión; es como un psicólogo con mucha preparación. A todos les recomiendo que vayan al arte terapeuta. Invito a los jóvenes a que estudien arte terapia”, comentó Pence.
Su viaje, al lado del vicepresidente Pence por Colombia, Argentina, Chile y Panamá, tiene como objetivo acercarse a las agremiaciones de arte terapia de estas naciones.
“Los temas profundos de la psiquis se pueden tratar con arte terapia. Yo tengo una maestría en educación del arte, pero yo no estoy calificada para ser una terapeuta. Ellos tienen una maestría (haciendo referencia a los expertos colombianos); se trata de algo de muchísimo conocimiento. Son personas con un alto nivel educativo”, señaló.
JOHN MONTAÑO
Redactor de EL TIEMPO
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