Para el jurista español Álvaro Gil-Robles, designado del Tribunal Europeo de DD. HH. en el comité que escogió esta semana a los 51 magistrados (38 titulares y 13 suplentes) de la Jurisdicción Especial para la Paz, los colombianos debemos “apoyar críticamente al Tribunal, pero no demolerlo”.
“Esa época ya pasó, ahora hay que construir”, agrega Gil-Robles, quien es además uno de los tres extranjeros que conforman el comité. En diálogo con EL TIEMPO, explica la selección de los magistrados.
¿Por qué escogieron a Patricia Linares como la primera presidenta de la JEP?
Porque tiene una alta formación jurídica, ha tenido experiencia en tribunales y una sensibilidad indiscutible en derechos humanos.
Además, es mujer y reúne todas las características para enviar el mensaje de que no estamos reproduciendo nada de lo tradicional.
¿Cómo recibe las críticas de las Farc porque hay elegidos que estuvieron en la justicia penal militar, y las del Centro Democrático porque quedaron otros de izquierda?
A mí me tranquiliza que haya las dos críticas; quiere decir que estamos en el buen camino. Este tribunal tiene que ser de y para todos los colombianos e intentar cerrar las heridas del conflicto en el que han estado ambas partes.
Pretender que en un tribunal que va a cumplir esa tarea tan importante no esté representada una de las partes no es razonable. No se puede, por ejemplo, hacer una descalificación del Ejército en bloque. No hay dudas del profesionalismo de quienes quedaron elegidos.
¿Qué opina de las críticas que le hacen al Comité porque en este hay extranjeros?
Es la crítica eterna de quienes no creen en el proceso o de quienes les gustaría manipularlo. En el Comité estamos dos nacionales de altísima categoría y tres internacionales que no venimos a dar ninguna lección, ni somos quien para eso.
Para los que venimos de afuera es un honor; tenemos que dar las gracias de que se nos permita ayudar con nuestros conocimientos, con muchos o pocos, porque la paz en Colombia es un tema universal.
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