Durante todo el proceso de paz con las Farc en La Habana, el embajador de Colombia en Cuba, Gustavo Bell, prestó su residencia para que el equipo negociador del Gobierno pudiera hablar allí con seguridad y tranquilidad de los temas más sensibles de la negociación. En su residencia, la delegación del presidente Juan Manuel Santos, encabezada por Humberto de la Calle, se reunía casi a diario para discutir las posiciones que llevaría a la mesa con la exguerrilla.
Bell, nombrado este martes por Santos como nuevo jefe del equipo de diálogo con el Eln –en reemplazo de Juan Camilo Restrepo–, jugó así un discreto y desconocido papel en el proceso de paz con las Farc.
Su cercanía a diálogos con las guerrillas se remonta al gobierno de Andrés Pastrana. Bell fue el Vicepresidente de la República (1998-2002) cuando ese gobierno hizo el proceso de paz del Caguán con las Farc, que finalmente fracasó.
Tras esos papeles en la sombra, Bell encabezará la negociación con el Eln en Ecuador, a partir del 9 de enero. Su nombramiento fue recibido con entusiasmo en distintos sectores, incluida la propia guerrilla, que le dio la bienvenida y calificó su llegada a la mesa como “positiva”. “Esperamos que este cambio traiga también un renovado impulso a la mesa para trabajar hacia una paz completa con justicia social”, dijo el grupo insurgente.
Luis Eduardo Celis, un observador del proceso de paz con el Eln, afirma que Bell es percibido como “un hombre con experiencia, rigor y equilibrio” para conducir los diálogos.
En lo inmediato, la tarea de Bell es lograr que el cese bilateral del fuego con el Eln se prolongue más allá del 9 de enero y que el proceso de paz avance con la parte de esa guerrilla que está dispuesta a negociar.