Tras las airadas palabras del comisionado para la Paz, Rodrigo Rivera, quien este martes señaló a la Misión de la ONU en Colombia de desconocer los esfuerzos del Gobierno para cumplir los compromisos de los acuerdos con las Farc había, según conoció EL TIEMPO, un malestar acumulado con esa instancia que, por acuerdo del Gobierno y la exguerrilla, verifica hoy la reincorporación económica y política de los excombatientes y las garantías de seguridad que tienen ellos y las comunidades .
El malestar en el Gobierno había quedado sembrado desde la semana pasada, cuando el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Políticos, Jeffrey Feltman, estuvo en el país. Aunque él destacó los esfuerzos oficiales, habló de “la falta de una estrategia general de reintegración acompañada de planes y recursos concretos que permitan su éxito”.
Y este martes, tras hacer un balance de los exguerrilleros certificados (12.262), los que están recibiendo el subsidio mensual de 690.000 pesos de parte del Gobierno (10.445) y los que están afiliados a salud y pensión (10.218), el jefe de la Misión de la ONU en Colombia, Jean Arnault, dijo que el 55 por ciento de los excombatientes han salido de los espacios de capacitación y reincorporación. “Los exguerrilleros eran unos 8.000 al 20 de mayo en las zonas veredales, cuando concluye el almacenamiento de las armas. Quedaban el 70 por ciento al 15 deagosto. Hoy estimamos en 45 por ciento los que todavía están”, puntualizó Arnault.
Aunque aclaró que no todas las salidas de los espacios de capacitación y reincorporación se originaban en la “desilusión frente a la ausencia de perspectivas socioeconómicas”, agregó que entrevistas del organismo sí indican que “el mayor determinante” ha sido “la pérdida de confianza en las perspectivas que ofrecen” esos espacios y en “muchas expectativas incumplidas por mucho tiempo”.
El Gobierno asumió estas palabras como un nuevo “desconocimiento” de los esfuerzos que dice estar haciendo para la reincorporación de las Farc. Y el comisionado para la Paz, Rodrigo Rivera, recordó que solo van dos meses desde que la ONU certificó el desarme de las Farc y afirmó que unos proyectos productivos sostenibles no se dan de la noche a la mañana.
Recordó, además, que desde el 16 de agosto, cuando se completó el desarme guerrillero, los excombatientes son libres de entrar y salir de las 26 zonas donde se ubicaron y que muchos se han ido con sus familias.
“Nos parece un poco injusto– afirmó Rivera en alusión a las palabras de Arnault–. Se siembra la sensación de que hay una especie de diáspora de los excombatientes”.
Rivera habló de unos 1.000 que se han acercado a la Agencia de Reincorporación para manifestar que quieren una reintegración individual, de los que están en La Habana estudiando medicina, de los que se están entrenando como escoltas o para el desminado y de los que están haciendo política.
“Desconocer esta realidad es simplemente tender un manto de duda sobre un proceso en el cual estamos haciendo esfuerzos tan grandes. Francamente, me parece injusto con los esfuerzos del Gobierno e inadecuado frente a la relación de confianza que hemos construido con la ONU”, agregó Rivera.
Dijo que las palabras de Arnault sugieren que los exguerrilleros se han ido a grupos delincuenciales.
REDACCIÓN PAZ
EL TIEMPO @pazELTIEMPO
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