Tan importante como discreto fue el papel de Enrique Santos en el proceso de paz con las Farc, que se selló el lunes pasado con un emotivo acto en la explanada del Centro de Convenciones de Cartagena y ante el mundo entero.
El hermano mayor del presidente Juan Manuel Santos fue sin duda la ficha más importante del mandatario para darles a las Farc la seguridad de que estaba comprometido con la salida negociada del conflicto.
La historia personal de Enrique Santos como antiguo militante de la izquierda, sus conversaciones con los jefes históricos de las Farc durante los intentos de paz de otros gobiernos y su reconocida trayectoria periodística eran una carta de presentación clave ante esa guerrilla.
En varios momentos difíciles del proceso de paz, el Presidente envió a su hermano a hablar con el máximo jefe de las Farc, ‘Timochenko’, y sus gestiones no solo fueron bien recibidas por el jefe guerrillero sino que fueron fructíferas.
Tras haber participado en los diálogos exploratorios que se dieron en La Habana, entre el 24 de febrero y el 26 de agosto del 2012, Enrique Santos estuvo al tanto del proceso de paz con muy bajo perfil, precisamente para ser útil en momentos complejos de la negociación. Y conservó ese bajo perfil incluso cuando acompañó al Presidente a La Habana para el anuncio del acuerdo con las Farc sobre el fin del conflicto, el 23 de junio pasado.
Ese día, el jefe de Estado y el jefe máximo de la guerrilla se estrecharon las manos por primera vez, tras anunciar el logro de un acuerdo sobre el cese bilateral y definitivo del fuego y el procedimiento de desarme de las Farc.
Mientras muchos personajes buscaron ser vistos por la prensa, Enrique Santos, por el contrario, ocupó discretamente su lugar en el avión que llevaba al jefe de Estado y a sus invitados y logró pasar prácticamente inadvertido.
Desde el gobierno de Álvaro Uribe, el empresario Henry Acosta apostó por la salida negociada del conflicto con las Farc. En completo silencio, colaboró para establecer los primeros contactos con esa guerrilla y se valió de su amistad desde 1998 con Jorge Torres Victoria, ‘Pablo Catatumbo’, uno de los jefes subversivos. Aunque en esa ocasión no tuvo éxito, este quindiano, una vez posesionado Juan Manuel Santos como presidente, en agosto del 2010, tuvo la autorización para retomar sus labores como enlace con las Farc. Su trabajo de facilitador llevó a que se iniciaran los diálogos exploratorios, que encabezó Enrique Santos, el hermano del Presidente.
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